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sábado, 1 de diciembre de 2018

Harold Foster: Prince Valiant


Las primeras tiras de prensa XXV

Harold Foster.

La mayoría de los autores de tiras de prensa  muestran una evolución en su estilo, apreciable en unos inicios vacilantes hasta una consolidación definitiva. En el caso de Harold Foster se podría decir que mantuvo el mismo estilo en su obra de principio a fin. Sí que hay cierta diferencia entre  su primera tira Tarzán y su segunda y definitiva obra, Prince Valiant, y en las primeras planchas de ésta. Pero  Harold Foster demostró que era un artista formado  y fueron muchos los dibujantes a los que influenció, por su realismo, detallismo y minuciosidad. 

Prince Valiant (13 de febrero de 1937): El primer intento de Harold Foster por sacar esta serie a la luz fue en 1934. Por aquel entonces se dedicaba a realizar la serie de prensa Tarzán, basada en el inmortal personaje de Edgard Rice Burroughs, para United Features Syndicate. Foster deseaba crear un personaje propio y tener pleno control sobre su obra. Interesado en la cultura vikinga, propuso a United la creación de una serie protagonizada por un príncipe vikingo. Aunque la propuesta fue rechazada, Foster aprovechó la documentación recopilada para su proyecto en las páginas de Tarzán. En unas memorables planchas en las que el Rey de los monos se encuentra con los descendientes de una expedición vikinga que quedó aislada en algún lugar perdido de África.

Aparte de la negativa de sus editores, Foster sintió que no había recabado la suficiente formación y documentación sobre los vikingos como para llevar a cabo su proyecto. De hecho rompió los bocetos que había realizado. Por lo que decidió esperar unos años, documentándose a fondo en el Field Museum de Chicago y leyendo todo lo que podía acerca de novelas de caballería, la Edad Media y mitos y leyendas inglesas.  
Se dice que el ilustrador y dibujante de tiras de prensa Frank Godwin, influenció a Hal Foster. Concretamente con sus ilustraciones para El Rey Arturo. La formación previa de Foster como ilustrador hace que, al igual que Godwin, aúne ilustración y tebeo. En sus viñetas se aprecia el gusto ilustrativo de Leyendecker y de los Prerrafaelistas.
Ilustración de Godwin.
 Viñeta de Príncipe Valiente.
La Edad Media fascinó a Foster, quien intuyó que una serie medievalista-neomedievalista fascinaría igualmente a sus lectores, como viene ocurriendo desde el Romanticismo. De hecho hay algunos elementos románticos en la serie (ruinas, parajes escabrosos…).

Una vez que sintío que estaba preparado para mostrar el realismo y credibilidad que pretendía, presentó su propuesta. Esta vez a la competencia, al King Features Syndicate, propiedad de William Randolph Hearst, que estaba deseando hacerse con sus servicios y llevaban tiempo tentándole (como hacían con todos los dibujantes que destacaban). Debían de seguir lamentando su decisión de no haber aceptado, años atrás, la petición de Foster de publicar su Tarzán. De modo que en 1937 comenzó a publicarse Prince Valiant in the Days of King Arthur, que pasó a conocerse como Prince Valiant a secas, Príncipe Valiente en España. Los títulos barajados por Foster eran: Derek, hijo de Thane (siendo Tanhe un título nobiliario menor, señor feudal, en Gran Bretaña) o Prince Arn, como a la postre se llamaría el primogénito del Príncipe Valiente y algún que otro personaje de la saga. No fueron del gusto de Joe Connelly, director general de King Feature Syndicate, quien impuso el título definitivo pese a la reticencia inicial de Foster
 
La serie siempre tuvo formato dominical, es decir a toda página y en color. Únicamente vio reducido su espacio cuando fue acompañada por la tira complementaria The Medieval Castle, entre el 23 de marzo de 1943 y el 25 de noviembre de 1945. Se trataba de una serie con la misma ambientación que Prince Valiant, contextualizada en el siglo XI, pero con un carácter más didáctico, que mostraba la vida en un castillo medieval. Sin duda Foster quiso dar salida a los ingentes conocimientos que había adquirido sobre el medievo, documentándose para Prince Valiant. Pero es que además durante la Segunda Guerra Mundial los periódicos recibieron la orden de ahorra papel, reduciendo el espacio dedicado a las series de prensa. De ahí que los editores prefirieran publicar una segunda tira en lugar de anuncios o una tira de otro autor. Así Foster inserta esta tira al estilo de autores literarios clásicos que insertan narraciones dentro de la narración principal. El autor hace gala en ambas tiras de su gran conocimiento de los castillos medievales: arquitectura, organización, técnicas de asedio, de defensa…


En esta sub-tira se retoman cuestiones ya tratadas en la principal. El proceso de los jóvenes, seguramente normandos, Guy y Arn (Foster sentía predilección por este nombre) para convertirse en caballeros; la caza; la pesca; la vida familiar; la presencia femenina en la vida medieval, las Cruzadas… Los personajes principales y tramas son en gran medida similares a los de Prince Valiant (Arn es un Valiente en rubio y Guy es como el futuro hijo de Valiente en moreno), si acaso más realistas en Medieval Castle, serie en la que se muestran cuestiones económicas, políticas y sociales como el vasallaje. Es posible que Foster utilizase ideas en Medieval Castle originariamente concebidas para Prince Valiant.

En ambas series Foster parece recoger la corriente historicista del siglo XX encarnada por la Escuela historiográfica de los annales, que estudia la iteración del hombre con su entorno físico y social.

The Medieval Castle fue recopilada en 1957 por Hastings House.

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Foster no deseaba que su personaje fuera un héroe invencible de fantasía en la línea de Buck Rogers o Flash Gordon. Buscaba realismo.
© K. F. C.
  Buck Rogers.


De modo que Foster concibió Prince Valiant como una novela-río. De manera que los personajes envejecen, se casan, tienen hijos; que a su vez envejecen, se casan… Así, aunque la saga tenga sub tramas  que van concluyendo, la serie debe considerarse en su conjunto. Es frecuente incluso que personajes secundarios de estas sub tramas reaparezcan y den cuenta de qué ha sido de ellos, como personajes por los que pasa el tiempo y no como si estuvieran tal cual estaban en la última viñeta en que fueron vistos. 

Valiente ante Arturo y Ginebra.

Como buen vikingo, caballero andante desfacedor de entuertos y personaje de tebeo, Valiente parte desterrado de su usurpado nórdico reino de Thule (como muchos investigadores Foster sitúa este lugar envuelto en la leyenda en Escandinavia) y recorre de cabo a rabo el mundo medieval de mediados del siglo V conocido y aun el desconocido. Con tanto viaje no es raro encontrar referencias en la serie a la cartografía.


El autor reproducirá con fidelidad ciudades y parajes significativos de cuatro continentes (París, Ruan, Roma, Venecia, Ravena, Bizancio, Jerusalén, Jaffa, el Mar Muerto, Constantinopla, Atenas, Damasco, Kiev, Lyon, Padua, San Marino, Tánger, el fiordo de Trondheim, el Vesubio, el huerto de Getsemaní, el río Eúfrates, las Columnas de Hércules, las Islas Canarias, Stonehenge…). 
Val llegando a las Islas Canarias y Stonehenge.
Foster sitúa a su personaje en este contexto, manejando la cronología y la Historia a su antojo, sin rigor, pero al servicio de la aventura y el drama. Algo que también se da en un personaje de tebeo que viene a ser una versión española del Príncipe Valiente, el Capitán Trueno, creado por Victor Mora y Ambrós en 1956. 

El Capitán Trueno y Victor Mora.
También se puede considerar al Guerrero del Antifaz como heredero del Príncipe Valiente.
La relajación de Foster en cuanto al rigor histórico no es aplicable al vestuario, paisaje, herramientas, armas, barcos, estancias, arquitectura (castillos, palacios, ciudades, monasterios…) que es muy fidedigna… pero también desfasada pues se corresponde sobre todo con una ambientación de la Francia normanda de los siglos XI y XII.

Abadía de Saint Michel.
Viñeta de Príncipe Valiente.
 Viñeta de una adaptación de Robin Hood por Vicente Torregrosa Manrique, diríase inspirada en la anterior.

También da saltos en la historia, a la hora de reflejar distintos lugares del mundo, eligiendo lo más simbólico, por ejemplo el ambiente greco romano decadente en la Europa y África mediterráneas (en esta última se vislumbra el nacimiento de la cultura islámica), remontando en Constantinopla frente a la ruralidad, feudos y urbes del norte de Europa como transición de lo anterior. Urbes que trascienden al castillo, como empezó a darse en el Renacimiento.

 Decadencia de Roma.

Prince Valiant es una auténtica enciclopedia visual de la Edad Media. Aunque la fidelidad en la reproducción no se corresponda de nuevo con la cronología. Así pueden convivir en la misma viñeta atavíos a los que separan siglos de diferencia. Eso sí, medievales todos.


Otros elementos del Medioevo que Foster recoge con maestría son justas, juglares, banquetes, asedios, duelos, batallas campales, el amor cortés…
Todo ello además imbricado con la leyenda artúrica y los Caballeros de la Tabla Redonda de los que el Príncipe Valiente será miembro destacado. Foster se adelanta así  varias décadas a Steimbeck en la revisión del mito artúrico. 

El mito artúrico fue recogido por Mallory en Le Morte Darthur (1470) a partir de las leyendas y tradiciones bretonas, de Historia Regum Britannie del monje Geofrey de Monmouth, del Roman de Brut escrito por Wace en 1155, la adaptación posterior Brut de 1189 de Layamon, Chrétien de Troyes, Marie de France, Robert de Boron, La Vulgata ArtúricaTennyson retomaría el ciclo artúrico en el siglo XIX con Idylls of the King, así como los pintores prerrafaelistas, Wagner en sus óperas y Mark Twain con su divertida Aventuras de un yankee en la Corte del Rey Arturo. Además Foster fue el primero en tratar la leyenda artúrica en un tebeo, lo que cautivó a sus lectores, que en su gran mayoría conocían al buen Rey Arturo y a sus caballeros de La Tabla Redonda. Podían además identificarse con los afanes de Valiente por convertirse en uno de ellos. Es este uno de los elementos argumentales principales del principio de la saga, equiparándose así a la historia de Perceval y  otros pretendientes a caballero. 
Basílica de Santa Sofía, Estambul.
Camelot.
La grandiosidad que muestra Foster al recrear Camelot (al que da un toque bizantino) y otros escenarios medievales siguen la tradición de los grabados del siglo XVIII realizados por un precursor de los tebeos, William Hogarth.
Val conoce a Lanzarote.

Merlín, Arturo y Ginebra vistos por Harold Foster.
Los mismos personajes vistos por Irv Novick en una historia de Silent Knight, personaje creado en 1955.
 Merlín en una de las versiones que de él hizo Marvel, en este caso por Joe Sinnot.

        Morgana Le Fay.Morgana Le Fay versión Marvel.
Tristán, Gwain, Flavio Aecio y Val.

Val y sus amigos presencian el asesinato de Valentiniano III.
 Val y Genserico. 

Así, conviven en la serie personajes de difícil acreditación histórica como Arturo, Ginebra, Gawain, Lanzarote, Tristán, Mordred, Morgana, Merlín… Junto a otros rigurosamente históricos como los caudillos bárbaros Horsa y Genserico, o los romanos general Flavio Aecio y el emperador Valentiniano III. Morgana y Mordred cumplen el rol de villanos, aunque sólo contextualmente, pues lo artúrico es también contextual en esta saga en la que no hay maniqueísmo. Los antagonistas de Valiente surgen por la coyuntura violenta del medievo o por las flaquezas y bajas pasiones que caracterizan al ser humano. Esta humanidad con la que Foster caracteriza a sus personajes hace que pueda haber respeto, admiración e incluso perdón hacia el enemigo.


Es al principio de la saga, correspondiente a la niñez y primera juventud del Príncipe, que están más presentes los elementos legendarios y fantásticos. Así, se enfrentará a una suerte de dragones que parecen, más bien, ser milagrosos supervivientes de la era de los dinosaurios. Recordando, quizá, a las tiras que Foster realizó en Tarzán en la aventura de El Cementerio de los Elefantes.
Valiente en su infancia.

A pesar de estas licencias fantásticas, en esta primera juventud de Valiente, exiliado en los pantanos britanos, Foster se recrea en mostrarle aprendiendo a pescar y navegar en canoa, tal y como pasó el propio autor sus primeros años. 


Tal es la identificación con la propia infancia que el autor incurre de nuevo en anacronismos al mostrar los aparejos y técnicas de pesca.  
Valiente, su padre y seguidores llegan a Britania desterrados, no como invasores o colonizadores. Pero este destierro es un reflejo del flujo migratorio histórico que se produjo a principios de la Edad Media desde las tierras vikingas hacia Gran Bretaña.
Ya crecido viajará a África donde encontrará no pocas fieras salvajes, evocadoras quizá de la otra serie por la que Harold Foster ha pasado a la historia de los tebeos: TarzánEn cualquier caso Foster es un soberbio dibujante de fauna animal. Su formación con el pintor inglés Alexander J. Musgrove sin duda contribuyó a ello. La reacción de Val y sus acompañantes europeos ante la exuberante fauna africana es la del hombre medieval en el que conviven realidad y mito.

Viajará también a Tierra Santa, no como cruzado, aunque en la serie se hace referencia a Las Cruzadas, sino como peregrino. El cristianismo ha de estar presente en el contexto medieval.
En Tierra Santa.

Realiza la ruta de los griegos o camino varego, recreando las incursiones vikingas que llegaron hasta Constantinopla y Rusia.
Valiente recorrerá también la Ruta de la Seda. Son momentos orientalistas en la saga.
En su vagabundeo constante El Príncipe Valiente, llega incluso a Norteamérica, como realmente hicieron los vikingos antes que Colón. Así Foster retoma un tema, ya introducido en Tarzán, que es el contacto del héroe con diferentes grupos humanos y el encuentro con culturas desconocidas. Val vivirá situaciones parecidas en Europa, Asía y África. Se enfrentará a sajones (las invasiones a la Gran Bretaña de  este pueblo se trata en la serie con cierta autenticidad histórica), bárbaros, pictos (dada la poca información que hay sobre este pueblo, Foster les da un tratamiento que recuerda a las guerras de frontera contra los indios americanos, algo que ya hiciera Robert E. Howard en sus novelas de Conan), vikingos(los que más presencia tiene en la serie y los tratados con mayor profundidad) , hunos, tuaregs, rifeños… Así Foster hace de Valiente un trasunto de Alejandro, de Julio César, de Marco Polo...
Por cierto que en el encuentro de Val con los hunos, donde se muestra la caída de Roma, la devastación de Europa… hay quien ha querido ver una metáfora de la acción de la Alemania nazi en el viejo continente. Las planchas correspondientes a esta trama coinciden en el tiempo con tas funestos acontecimientos.
 La invasión de los bárbaros, de Ulpiano Checa, 1887.
Los hunos son mostrados por Foster con su particular fidelidad documental pero hace especial hincapié en dotarles de rostros embrutecidos, la faz brutal e insana de la guerra. Los hunos no serán los único bárbaros asolando Roma que mostrará Foster. Los vándalos y otros pueblos germánico también harán presencia en la serie para acabar definitivamente con el imperio romano occidental.

 
Karnak y el Gran Khan.

Val hace la guerra a los hunos con tanto éxito que el Gran Khan encarga a Karnak, subordinado de confiaza, traerle la cabeza del Príncipe Valiente. Recibe en su lugar la cabeza del cruel Karnak. Esta trama recuerda al relato La sombra del Buitre,  escrito con anterioridad por Robert E. Howard, creador del celebérrimo Conan.

Viñetas de la adaptación a tebeo de La sombre del Buitre.

Las aventuras de Valiente y su familia en Norteamérica dan pie al autor a recrear de nuevo la propia infancia y juventud, pues se crio en esas mismas latitudes canadienses. Concretamente en Halifax, navegando por su peligrosa costa (el mar está muy presente en la saga, dada la vocación marinera de Foster) y disfrutando de los recursos de  sus bosques, cazando, pescando... Vivencias en grandes espacios abiertos: trabajando como trampero, guía turístico a caballo (es muy destacable el profundo conocimiento que Foster demuestra de los equinos: razas, movimiento, cuidado, equipación…) y en canoa, buscador de oro…

 
Foster en sus tiempos de  explorador y buscador de oro.

Esta integración del hombre en la naturaleza, a la que Foster considera que es mejor no enfrentarse sino adaptarse, ya se trató en Tarzán y en general en toda la saga del Príncipe Valiente, pero es en las páginas ambientadas en América del Norte donde el trabajo de Foster adquiere su mayor dimensión pictórica y poética. Describiendo el transcurso de la vida, de las estaciones, de la pesca, caza, siembra y recolección; el paisaje (Foster ya demostró en Tarzán su cualificación como paisajista)   y la naturaleza en su salvaje, serena y armónica belleza.
Cuando Val conoce a la bella Aleta, Foster mostrará una accidentada historia de amor con reminiscencias de La Odisea y La Iliada. Foster une a  un príncipe vikingo con una reina mediterránea. Esta fusión Norte/Sur es una idea recurrente en el autor. Tras el matrimonio de Valiente con la reina Aleta (inspirada en Helen, la propia esposa de Foster) y la formación de una familia (el éxito de la serie fue tal que el nacimiento del primer hijo del Príncipe fue anunciado en las páginas de natalicios de los periódicos norteamericanos, se organizó una celebración y algunas madres preocupadas escribieron quejándose del mal ejemplo de  Val emborrachándose festejando su paternidad) el autor se interesa por describir aspectos de la vida familiar, de la vida doméstica, de la vida cotidiana, del entorno… El hijo de Valiente y Aleta, Arn, fue el primer vástago nacido en una serie de prensa de aventuras. Foster hizo que su alumbramiento tuviese lugar en Canadá (durante el primer periplo americano de Val) como él mismo.

La serie da cabida ahora al costumbrismo, el drama, la comedia el romanticismo… Dejando así en otro plano el carácter eminentemente aventurero, de cantar de gesta, que tiene la saga en sus inicios. De este modo Foster pretende dirigir su obra a un lector adulto. Foster dijo en su momento: “Todo lo que veo va a parar a Príncipe Valiente, todo lo que puedes encontrar en él forma parte de lo que he leído” (Lord Dunsany, James Branch Cabell, fueron autores del gusto de Foster) . Y habría que añadir vivido. Entre otras referencias, las escenas domésticas de la vida conyugal y familiar de Valiente y Aleta son un reflejo de las del matrimonio Foster. Resulta chocante, a veces, que en el siglo V la vida de pareja sea tan parecida a la de un matrimonio de clase media norteamericano del siglo XX. Fue este un elemento más de éxito de la serie pues permitía la identificación de los lectores con los personajes (al final siempre la familia). En cualquier caso, ya se ha comentado la ligereza de Foster para con los anacronismos. Y, en general, esta cuestión en particular, es casi una costumbre en la literatura y cinematografía anglosajonas. Algo en lo que, por desgracia, van cayendo también las españolas. Dejando estas cuestiones aparte, el personaje de Aleta es tratado de forma innovadora. Lejos del habitual personaje femenino pasivo y frágil, compañera del héroe, Aleta es independiente, audaz, inteligente… a la vez que comprensiva, seductora…

Parece evidente que Foster vivió muy enamorado de su señora y deja constancia de ello en la saga del Príncipe Valiente, así como de su forma de entender la mentalidad femenina y su influencia en la sociedad. 

Algunos consideran este aspecto de la serie algo ñoño y cursi. Tal es la riqueza de la tira que da hasta para eso. Así mismo, a pesar de algún devaneo de juventud, el hecho de que Foster vinculase matrimonialmente a su personaje tempranamente, supone otra diferenciación con otros personajes aventureros que o van de flor en flor, o tiene una eterna novia con la que no se casan nunca o tardan décadas de coyunturas editoriales en hacerlo.

Valiente y Aleta.
En lo que se refiere al primer amor de Val hay que mencionar a Ilene, el nombre de esta desgraciada doncella puede ser no casual dada su semejanza con el de la Sra. Foster. Val tuvo como rival en amores con la desafortunada Ilene al joven caballero Arn, que posiblemente encarne al personaje inicialmente pensado por Foster como protagonista de su saga. 

 Val y Arn luchan por el amor de Illene.
 
Se dice desgraciada y desafortuanda pues Ilene muere pese a los esfuerzos de Val y Arn por rescatarla de sus captores. Esta muerte causó gran impacto, por lo insólito de la situación en las series de prensa de entonces. Foster se adelantó así a otras muertes impactantes en los tebeos como la de Rhaven Shermann de Terry y los Piratas o la de Gwen Stacy en Spiderman. En cualquier caso involucrar sentimentalmente a Val tan pronto hubiese limitado su recorrido aventurero.

 llene.

Valiente y Aleta engendrarían una familia numerosa. A Arn le siguen las gemelas Karen y Valeta (nombre que integra al de sus progenitores) y los varones Galán y Nathan. Arn y su esposa Maeve darán una nieta, Ingrid, a Val. Un héroe abuelo es poco común en un tebeo de aventuras. Pero ya se ha apuntado que Foster quiso trascender dicho género.

La identificación de Foster con su personaje es muy acusada. El apelativo familiar del Príncipe Valiente es Val, casi idéntico a Hal, el nombre informal del autor Harold R. Foster. Que en cierta ocasión declaró: “El Príncipe Valiente se convirtió en algo más que un personaje, alguien a quien conocía personalmente; sabía todo lo que podía hacer. Se queda detrás de mí cuando escribo y cuando hago algo que no es propio de su personaje, aunque no puedo verlo, sé que niega con la cabeza”. Ya se ha dicho que Foster trató de darle cierta credibilidad a su personaje. Por ello proyecta a través del mismo sus aficiones e ideales de vida. Es un ser virtuoso y triunfante las más de las veces, pero también sufre los reveses de la inexperiencia y del fracaso. Recurriendo de nuevo a las palabras del autor: “Es muy duro manejar a un héroe como el Príncipe Valiente, porque, para ser un héroe, tienes que ser muy presuntuoso. Un héroe tiene que ser bueno y honesto y tener todas esas cualidades que no resultan nada simpáticas. Yo quería crear un héroe creíble, uno que fuera bueno en esencia pero no un blandengue. He dejado que derroten al Príncipe Valiente. Ha cometido errores en muchas ocasiones y se ha metido en problemas; es el tipo de héroe con el que la gente puede identificarse”. Así Val disfruta de su juventud, pero también sufre la pérdida de su madre a una edad muy temprana. Vence, pierde, se equivoca… la vida misma.
Autorretrato de Foster con su personaje.

Como se decía, Foster se proyecta en su personaje. El autor tiene una herencia mixta inglesa, irlandesa y prusiana. Val es de padre noruego, madre romana y britano de adopción , el autor parece querer aglutinar en su personaje los caracteres nórdico, anglosajón y latino
 Foster en el regazo de su abuela.  
        Val se queda huérfano de madre. 

Foster provenía de una familia acomodada, venida a menos paulatinamente, lo que obligó a la familia a instalarse en Norteamérica. Siendo muy joven Foster perdió a su padre. Val nace príncipe en el noruego reino de Thule, pero la usurpación violenta del mismo le hace huir a Britania siendo muy niño y pronto quedaría huérfano de madre (la horfandad es frecuente en los personajes de tebeo pues el desarraigo favorece el vagabundeo y las aventuras).
 Val se hace valer siendo un escudero novato ante las burlas de los escuderos resabiados.

Foster se crio aprendiendo a cazar y pescar. Siendo muy joven, al mudarse, el autor se inició en el boxeo para defenderse de bravucones que la tomaban con él. Llegó a dominar esta disciplina y a adquirir gran seguridad en sí mismo.

Una juventud pareja a la de Val, criado en los pantanos y bosques britanos, en los que sabe desenvolverse y obtener caza y pesca. Y sabe también hacerse valer con los puños si es necesario.
Val como el propio Foster es un experto navegante.

Seguramente las amistades del autor se proyectan también en los camaradas de Val. En cierta ocasión Foster y un amigo cruzaron los Estados Unidos en bicicleta. Un viaje de 1.600 km por inciertos caminos. Tal cual dos caballeros andantes corriendo mundo.  El frívolo Sir Gwain, habitual compañero de aventuras de Val, se inspira en el amigo del autor Eric Bergman. A pesar del realismo con que Foster trata a sus personajes, Val es un paradigma de virtudes, quizá por ello Gawain ofrece un contrapunto necesario (algo así como el Capitán Haddock para Tintín), siendo un personaje más mundano, a veces incluso cómico. 

Viñeta de The Katzenjammer Kids.

 Sir Gawain en apurada situación.
En resumidas cuentas Príncipe Valiente es un compendio de lo vivido, aprendido y observado por el autor, quien es capaz de plasmarlo con credibilidad y belleza en las páginas que dibuja. 
Val es un soberbio guerrero, pero el éxito de sus empresas se debe sobre todo a su ingenio, habilidad y capacidad estratégica. Foster da importancia a la capacidad intelectual de su héroe, algo que hizo también con Tarzán. De hecho, Val se interesa por la ciencia. Lo que le hace un adelantado a su tiempo medieval, mostrándose escéptico ante las supersticiones y la magia. No pocas veces se servirá de la mentalidad supersticiosa de sus enemigos para atemorizarlos mediante trucos y aplicaciones prácticas de sus conocimientos científicos. No obstante, como ya se ha apuntado, el elemento mágico y legendario tiene una sutil presencia en la saga. No se puede obviar la parte del título de esta serie que se refiere al Rey Arturo. Así se tratará en la saga la búsqueda del Grial, pero con la sutilidad antes mencionada. También está presente la mitología vikinga, crepuscularmente ante la llegada del Cristianismo.

Viñeta de Príncipe Valiente ilustrativa de la fe vikinga.
Viñeta de Jack Kirby, torpemente entintada por Vince Colleta, para Relatos de Asgard que podría haberse inspirado en la anterior.

Así Val es un caballero devoto cristiano de la Tabla Redonda pero, a la vez, tiene una actitud renacentista, el razonamiento del Siglo de las Luces y el apasionamiento de un romántico. Una síntesis de lo más representativo de épocas pasadas. Quizá Foster se permita las mismas licencias en la construcción del personaje que con la contextualización histórica.

A pesar de ser el príncipe heredero del trono de Thule, por derecho de nacimiento, Val tendrá que abrirse camino por sí mismo desde niño. Pues siendo el muy pequeño, su padre debe huir al destierro perseguido por el usurpador. Esta circunstancia permite a Foster proyectar en su personaje el espíritu, tan norteamericano, del hombre hecho a sí mismo. Val no sólo recuperará el trono de su padre, sino que también conseguirá grandes logros por méritos propios.
Al igual que en su tira anterior, Tarzan, Foster utiliza un lenguaje narrativo propio, sin bocadillos o globos de texto, sino textos al pie de la viñeta. Que están siempre redactados en presente, nunca en pasado como en Tarzán, acentuando así la implicación del lector en la vivencia de la viñeta. Foster daba mucha importancia al texto, pero no quería que interfiriese en la visión de la viñeta. Que dibuja más bien como ilustraciones que captan momentos concretos de una secuencia, no secuencias propiamente dichas.  Con el avance de la serie Foster trascendió de la habitual y monótona composición de página en cuadriculas para componer grandes y espectaculares viñetas al servicio de la narración que han pasado a la historia de los tebeos.

Hay que señalar que Foster inició su carrera artística como ilustrador. En un principio despreció a las tiras de prensa que se vio abocado a dibujar por necesidad. El éxito de su Tarzán le reconcilió con las tiras de prensa. Y el hecho de poder  realizar una tira de forma tan personal como Prince Valiant ha dado lugar a una obra única que aúna ilustración preciosista, minuciosa, detallada y poética con la narrativa gráfica. El color juega también un papel importante, pues Foster lo utiliza de manera exquisita aportando narración y simbolismo en las viñetas. Tampoco son casuales los colores con que elige vestir a sus personajes, así como los símbolos heráldicos de caballeros, nobles y reyes, todo ello cargado de especial significación. Demuestra así, una vez más, el profundo conocimiento adquirido por el autor sobre la Edad Media y su afán didáctico.

Todo ello hace que la obra de Foster suponga una aportación singular a este medio con un despliegue de viñetas panorámicas dibujadas en perfecto estilo naturalista académico que ha influenciado a muchos dibujantes. 
Camelot en una viñeta de Prince Valiant y viñeta de Arthur Suydam

En las primeras entregas de la saga, Val y su amigo de infancia se ven acorralados por una suerte de dragón. Situación parecida a la mostrada en la historia Clavos Rojos, dibujada por Barry Windsor Smith y protagonizada por Conan. Si bien esta historieta se basa en un relato del creador literario de Conan, el malogrado Robert E. Howard, que escribió la historia un año antes de la aparición de Príncipe Valiente.
Príncipe Valiente y Clavos Rojos
En 1951 la editorial DC inició una colección de tebeos, The Brave and the Bold, protagonizada, entre otros, por The Viking Prince, esto es un príncipe vikingo, no del Real Madrid, sino escandinavo como el propio Príncipe Valiente

Otro de los protagonistas de la revista era The Silent Knight, un caballero de la Tabla Redonda, cuya armadura bien podría haberse inspirado en alguna de las muchas mostradas por los caballeros dibujados por Foster, por ejemplo en la del Príncipe Arn, el rival en amores de Val en sus años mozos. 


Además la empuñadura de la espada de Silent Knight es dibujada a veces como una copia de la Espada Cantarina. La espada encantada hermana de Excalibur que blande el Príncipe Valiente. Foster recoge una larga y antigua tradición histórica y literaria al asociar al héroe con una espada singular cargada de simbolismos.
La Espada Cantarina.

En 1955 la editorial Atlas, que luego sería Marvel, publicó Black Knight, ambientada en la corte Rey Arturo, con claras influencias de Prince Valiant, pues aparecen personajes y tramas comunes.


El dibujante de esta viñeta de las hazañas del bíblico Josué se diría que es un admirador de Foster. 

Jack Kirby, conocido como El Rey de los Cómics, homenajeó en los 70 al Príncipe Valiente al crear su personaje El Demonio Etrigan, inspirándose en el disfraz que utiliza Val, en cierta ocasión, para aterrorizar a sus enemigos. 
Jack Kirby
 Viñeta de Kirby recreando la vida vikinga. Las espadas que empuña la pareja nórdica recuerdan a las dibujadas por Foster.


Homenajes aparte parece claro que Foster fue admirado por Kirby y demás  colegas de profesión y estos se vieron influenciados por su trabajo.


 Viñetas de Capitán América por Jack Kirby con personajes muy posiblemente inspirados por Príncipe Valiente.

Viñeta de Principe Valiente por Harold Foster.
Viñeta de Relatos de Asgard por Jack Kirby.
En cierta ocasión el joven Val se guarece en la Cueva del Tiempo, donde un anciano decrépito le desafía. Confiado en su vigor juvenil el incauto príncipe sufre un envejecimiento acelerado al tratar de domeñar a su antagonista. El proceso  de la juventud a la vejez a ritmo vertiginoso ha sido recreado varias veces en los tebeos, desde principios del siglo XX en la serie de Little Nemo, y han pasado por esta angustiosa experiencia héroes como Thor, Conan, Capitán Marvel
Little Nemo

Conan.
Capitán Marvel.
Como ya se ha dicho Foster y su obra Príncipe Valiente ha dejado una impronta manifiesta en los tebeos:

Aparte de Jack Kirby otros dibujantes que han trabajado para la editorial Marvel han denotado la ascendencia que Foster ha tenido sobre ellos. Como por ejemplo John Buscema y Barry Smith.

 Barry Smith.


Viñeta de Príncipe Valiente y  viñeta de Conan por Gil Kane.

Viñetas de Príncipe Valiente y Conan el Bárbaro por Barry Smith.
 
Viñetas de Príncipe Valiente y Conan el Bárbaro por Barry Smith.

Viñeta de Príncipe Valiente y viñeta de Conan por John Buscema 

Cabecera de Príncipe Valiente
 Viñetas de Conan el bárbaro de John Buscema.

Viñetas de Príncipe Valiente, Conan el bárbaro de John Buscema y debajo del español Luis García.

Viñeta de Príncipe Valiente que tiene algo de los grabados negros de Goya.

                                     Viñetas de Capitán América por Kirby y Simon.

“Conan maldijo y sintió pánico al contemplar la oscuridad que había alrededor del semicírculo de luz. Los miedos supersticiosos propios de los bárbaros que albergaba en el alma no habían sido erradicados por la lógica de la civilización. Su primitiva imaginación llenaba la oscuridad subterránea de figuras siniestras.”   (La Ciudadela Escarlata, Robert E. Howard).

Viñeta de Conan por John Buscema“El fulgor de la joya iluminaba los negros túneles como una lámpara encantada, goteando fuego dorado. En una ocasión, a Conan le pareció vislumbrar un destello de piel marfileña entre las sombras, y creyó ver a la vampiresa que era Akivasha apartándose de la luz de la joya. Y, con ella, otras formas menos humanas buscaron refugio reptando o arrastrando los pies.” (La hora del dragón, Robert E. Howard).
Viñetas de Príncipe Valiente y de Conan por John Buscema.

“Pero el Tigresa siguió navegando despreocupado como el viento errante, hasta que ancló frente a las costas del sur, en la desembocadura de un caudaloso y turbulento río cuyas orillas eran murallas selváticas llenas de misterio”. (La Reina de la Costa Negra, Robert E. Howard). 

Viñeta de Príncipe Valiente.
  Viñeta de Conan el bárbaro de Marvel Comics
de una historieta guionizada por Roy Thomas y dibujada por de John Buscema, con la que ambos quisieron homenajear a Foster.


Hay otro homenaje a Príncipe Valiente en otra serie de Marvel, El Planeta de los Simios. En esta se da también una lucha contra un reptil gigante, una iguana es este caso, y el equivalente simio al caballero de la Tabla Redonda Sir Gawain es caracterizado en una viñeta con el atuendo característico del Sir Gawain de Foster.

Viñeta de Vampirella por Pepe González. 

Val luciendo el blasón del semental rojo de su linaje.
Viñeta de Vortex de Vince, que parece hacer referencia a Príncipe Valiente con el emblema que aparece en la nave, prácticamente idéntico al blasón de Val: El semental rojo.

 Otra referencia a Príncipe Valiente en una viñeta de The Deadly hands of Kung-Fu, por Doug Moench y Mike Vosburg.

En cierta ocasión Val se tropieza con una singular pareja que aporta uno de los momentos cómicos con que Foster adereza la serie. Se trata de un par de caballeros en disputa que amalgaman características de Don Quijote y Sancho Panza y de El Gordo y El Flaco.

Caricatura de El Gordo y El Flaco y viñetas del Príncipe Valiente.

En otro momento de la saga Val da con Julián, descendiente del último defensor romano del muro de Adriano, también llamado Julián. Como todos sus descendientes venideros varones a partir de él. No sólo toman su nombre sino también su armadura de legionario romano y su misión de vigilar el muro. Provocando el miedo y la superstición entre los acechantes pobladores del otro lado del muro (caledonios) que llegan a creer que el vigilante es siempre el mismo y es inmortal. Algo que recuerda al personaje The Phantom, El Hombre Enmascarado en España, pues tienen un planteamiento similar.
El Hombre Enmascarado y Julián

En otra ocasión Aleta decide seguir a su esposo disfrazada de caballero. Foster da un tratamiento humorístico a la situación pero existe una rica tradición literaria que habla de doncellas que se hacen pasar por caballeros.  En España en el teatro del Siglo de Oro y también el tema de la mujer soldado está presente en toda la baladística occidental europea, e incluso sirvió de embrión a muchos cuentos tradicionales.
 Aleta haciéndose pasar por caballero y Hugh el Zorro

Poco después de esta aventura Val se topa con un proscrito del bosque llamado Hugh el Zorro. Este personaje es un remedo de Robin Hood, incluso se hace acompañar de su particular Little John, que se la ve con Valiente.

También hay una posible referencia al Quijote cuando se cruzan en el camino de Val dos caballeros de triste figura. Uno por lo flaco y otro por lo grueso. Características propias también de muchas parejas cómicas, que es lo que son a la postre estos dos patéticos caballeros.

Se muestran, en definitiva, en Príncipe Valiente multitud de situaciones que se han visto, se ven y se verán en las narraciones de aventuras.

Príncipe Valiente.

Buz Sawyer.

¿Cuál es la copa envenenada?
 Una situación parecida a la de arriba en Hazañas Bélicas por Boixcar.

 Y en El Hombre Enmascarado.

 
Lucha con remolinos en Príncipe Valiente,Tintín y El Incal.

 Foster insinúa una escena de antisemitismo. Actitud corriente en la Edad Media y aún hoy en día. Val toma aquí una postura que recuerda a la de Ivahoe, protagonista de la novela homónima de Sir Walter Scott.

 Un viejo truco: simular la viruela pintando puntitos en el rostro de alguien que se preste al engaño.

Los recurrentes rápidos de los ríos de montaña.

 Una oportuna cornisa.

Con 78 años cumplidos y aquejado de artritis Foster se vio en la necesidad de buscar un sucesor que continuase la saga del Príncipe Valiente. Entre los candidatos estuvo Wally Wood, pero, por desgracia, no fue el elegido, sino John Cullen Murphy, creador de la popular tira Big Ben Bolt. Su trabajo en la serie comenzó el 1 de noviembre de 1970, todavía con intervencíon de Foster. Al cabo de un tiempo dicha intervención se redujo a guionizar y preabocetar la serie. Tras algo más de 30 años, la participación de Foster desapareció de la serie definitivamente, en 1980, dos años antes de su muerte el 25 de julio de 1982. El hijo de Murphy,  también llamado Cullen, que ya venía colaborando como guionista, merced a su formación en historia medieval, fue el nuevo guionista. La serie sobrevive ahora con guiones de Gary Gianni y dibujos de Mark Schultz, pero no ha sido la misma desde aquel aciago día mencionado de noviembre de 1970. 

 
Viñeta de John Cullen Murphy.
En cualquier caso Prince Valiant se ha convertido en un clásico por lo que mantiene su vigencia y se sigue reeditando. Algunos consideran a Foster como el verdadero padre de los tebeos de aventuras.

Robert Wagner encarnando al Príncipe Valiente.

 Harold Foster y Robert Wagner.
Príncipe Valiente tuvo versión en novela y se han filmado dos películas no demasiado fieles.

 Robert Wagner Janet Leigh.
                                     Janet Leigh y Harold Foster.

Si bien la primera de 1954 (dirigida por Hathaway e interpretada por Robert Wagner, Val, y Janet Leigh, Aleta)  tiene cierta gracia,  encanto y recoge muchos de los personajes, situaciones e imaginería de la saga de Foster, la segunda se podría haber titulado El Príncipe de Beckelar por lo que respecta a su fidelidad hacia el personaje original.


También se han dado una versión en dibujos animados y videojuego, aparte de algún que otro producto de merchandising


En la ciudad de Orense hay una placa dedicada al Príncipe Valiente.


El Príncipe Valiente fue publicado en España en 1959 por Dólar. En una curiosa edición en blanco y negro que, por cuestiones de espacio, remontaba las ilustraciones muy reducidas y sustituía los textos al pie por diálogos, muchos de cosecha propia, con globos de texto. Para alguien que haya conocido la obra original resulta de lo más chocante escuchar al Príncipe Valiente.

Edición de Príncipe Valiente de la editorial madrileña Dólar.

Además la censura hizo de la suyas y se cambian cuestiones escabrosas como por ejemplo que Gawain corteje a una dama ocasionando la ira de su padre, que en la versión original es su esposo.

Viñeta de la versión censurada. 
Otras editoriales españolas que publicaron la obra de Foster han sido  Buru Lan, B.O., Bruguera, Tebeos SA, Ediciones B, Planeta De Agostini y recientemente Dolmen.
El Príncipe Valiente ha sido escogido como motivo para anunciar esta tienda de tebeos
REFERENCIAS
· Gaumer, Patrick y Moliterni, Claude, Diccionario del Cómic, Larousse, Barcelona 1996.
· Varios, Novelas gráficas serie amarilla, Dólar, Madrid 1959.
· Foster, Harold, Príncipe Valiente, Ediciones B.O.
· Foster, Harold, Príncipe Valiente, Bruguera.
· Foster, Harold, Príncipe Valiente, Ediciones B, Barcelona 1988.
· Foster, Harold, Príncipe Valiente, Planeta De Agostini, Barcelona 2012.
· Foster, Harold, Príncipe Valiente, Dolmen, 2017.
· Foster, Harold, Tarzán, Planeta De Agostini, Barcelona 2007.
· Bernal, Fernando, Capitán Trueno Un viejo rockero que no piensa en la jubilación, en Qué,  7 de octubre de 2011.
· Fraile Gil, José Manuel, Música y tradición oral en el Rincón de la Sierra (Madrid) Vol. II.Romances tradicionales y canciones narrativas, Lamiñarra, 2020.
· wikipedia.







































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