LOS PRIMEROS TEBEOS EUROPEOS
XVIII
(Los
primeros Tebeos)
por Demetrio Casado de Otaola
George Prosper
Remi, Hergé (1907 -1983)
TÍNTÍN EN AMÉRICA
© Casterman de las imágenes de Totor y Tintín.
■ Tintín en América (1931): En principio
esta tercera aventura de Tintín llevaba por título les
aventures de Tintin, reporter, á Chicago. Y es que la historia comienza
en esta ciudad estadounidense. Pero acabaría desarrollándose también en el Oeste,
de modo que Tintín en América resulte más apropiado. Es esta la primera historia
de Tintín
sobre la que Hergé tiene un
control casi total, lo que se aprecia en una documentación más rigurosa que
caracterizará a las andanzas de Tintín en adelante.
Hergé tomará como significativa referencia para Tintín en América un número especial de la publicación Le Crapouillot dedicado a los Estados Unidos y la obra Scènes de la vie future (Escenas de la vida futura) de G. Duahmel (1930), una crítica abierta y virulenta contra el estilo de vida norteamericano, la automatización, el modernismo desenfrenado, el taylorismo y la fabricación en cadena, la banalización… A Hergé, después de publicar la primera aventura de Tintín, Tintín en el País de los Soviets, le parecía oportuno abordar la otra cara de la moneda, el Capitalismo, en la segunda aventura. Por circunstancias fue en la tercera, pues Tintín en El Congo se interpuso entremedias. En todo caso Estados Unidos atraía el interés en Europa, sobre todo por la difusión que daba de su cultura y sociedad su industria cinematográfica. Así en Tintín en América se retratan las grandes ciudades masificadas, coronadas de rascacielos, pobladas por masas de personas y automóviles, industrializadas y con la violencia a la orden del día.
De modo que Hergé por fin consigue enviar a Tintín a América a enfrentarse a gangsters y recorrer el salvaje oeste. Lo que ya había hecho con Totor, su personaje anterior que fue un prototintín y que es lo que le hubiese gustado hacer con Tintín desde la primera aventura. En las últimas páginas de la obra anterior, Tintín en el Congo, ya se establece un nexo con esta nueva andadura del personaje que comienza recordando esa circunstancia explicada por el mismísimo Al Capone.
A Hergé no le importó
que en aquel momento Scarface (Cara Cortada apodo con el
que se conocía al gángster) se encontrará en prisión procesado
por fraude fiscal, por lo que se le condenaría a 15 años de cárcel.
Previamente a Tintín
en América, Hergé realizó Tim
la ardilla, héroe del Far-West. Una obra en fascículos por encargo del
gran almacén comercial L´Innovation.
Se trata de una serie infantil protagonizada por funny-animals (esto es, animales humanizados) al estilo de los ya por entonces populares personajes de Walt Disney. Recuerda también a la primigenia obra de Hergé,
Totor.
Hergé haría una nueva
incursión en las historias de animales antropomorfos en 1934, con la obra
conocida en España como Popol y Virginia en el País de los Orejudos,
también ambientada en el Lejano Oeste y que contiene situaciones que
pueden recordar mucho a algunas mostradas en Totor y en Tintín
en América.
Tintín en América.
Con estos precedentes Le Petit Vingtième, el suplemento semanal del periódico belga XXO Siècle, que publicaba por entregas las aventuras de Tintín, anuncia con una dinámica ilustración que Tintín viajará a América a combatir a los gangsters. En las semanas previas al inicio de Tintín en América, Le Petit Vingtième prepara el terreno informando a su joven audiencia sobre la Ley Seca, los gangsters, la segregación racial, los rascacielos y hasta sobre los chicles.
Tintín llega a Chicago, versión original de 1931 y
versión de 1946. Hergé parece tener una
sensibilidad parecida a la de Hopper al
retratar los arrabales de una gran ciudad.

Se da la circunstancia
de que la publicación de las primeras entregas de Tintín en América coincidió
con un viaje de Hergé a España. A
juzgar por unas de las cartas que le envió desde aquí a su prometida Germaine, parece que quedó bastante
impresionado por los tricornios de la Guardia
Civil.
Desde que Tintín llega a Chicago es perseguido implacablemente por la banda de Al
Capone que trata de eliminarle por todos los medios.
Tintín en América y The Katzenjammer Kids.
La vertiginosa serie de trampas, persecuciones, tiroteos… es digna de una película de Hollywood. En Tintín en América es muy patente la influencia en cuanto a narrativa, encuadres, planos… que el cine tiene en Hergé.
Se suceden uno tras
otro los intentos de asesinar a Tintín. Para dibujar uno de ellos,
en el que un francotirador apunta al reportero desde la ventana de un edificio
cercano al hotel de Tintín, Hergé hizo
posar a un amigo armado con una escoba, cuyo mango hace asomar por la ventana
del despacho del dibujante. No sería la última vez que recurriese a modelos. El
detalle y el perfeccionismo van a ser rasgos cada vez más presentes en la obra
de Hergé.
Apunte a partir de modelos de Hergé para El Templo del Sol.
Se suceden también los gags y situaciones en las que Hergé continúa dando muestra de su dominio de los recursos gráficos propios de los tebeos.
Las aventuras de Totor. Totor, el personaje
precursor de Tintín, también viajó a Estados Unidos y también dejó fuera de
combate a un gánster de un testarazo.
Tintín en América.
Tintín en América.
De grumete a capitán © Juan Escandell.
En la lucha de Tintín contra los gangsters no podía faltar una operación contra el tráfico ilegal de alcohol en plan Los intocables de Elliot Ness. La Ley Seca seguía en vigor.
Persiguiendo a un gángster
fugado Tintín llega al Oeste.
En lo que se refiere a los indios, a los nativos americanos, Hergé da una visión más realista,
incluso reivindicativa, que en Las aventuras de Totor, su primera
obra. Aunque no puede dejar de caer en topicazos, que, aun siéndolo, hacen la
aventura más atractiva.
En cualquier caso Hergé, como buen boy scout, venía
interesándose por los indios norteamericanos desde tiempo atrás. Máxime teniendo en
cuenta que tuvo la oportunidad de conocer al jefe Alce Blanco en su
visita a Bélgica en 1924. Hergé fue uno de los scouts invitados a
acompañar al dirigente scultista René Weverbergh en la entrevista que le
concedió el citado jefe indio.
Insignia Scout atribuida a Hergé (1923).
Hergé pudo documentarse sin salir de Bruselas gracias a la colección de Madame Van Den Abbeele.
De nuevo parece que
estemos en una película de Hollywood, una de indios ahora. Prisionero de los
indios, Tintín es sometido al poste del tormento. Uno de los tópicos
mencionados y que Hergé ya mostró en
Totor
y volvería a mostrar en Popol y Virginia en el País de los Orejudos.
“Rivenoak, frunciendo el ceño, dio orden de atar al prisionero. Este no opuso ninguna resistencia, y con perfecta calma dejo que le ataran los brazos y las piernas. Hecho esto, le llevaron junto a un árbol, a cuyo tronco le ataron de modo que no pudiera moverse, y allí, medio sostenido por las ligaduras, le dejaron esperando los acontecimientos.” “El Mochuelo se puso reposadamente en posición, blandió el arma y avanzando un pie lanzó el hacha mortífera. Deerslayer la vio voltear ante sus ojos y creyó llegado su último instante; pero no fue tocado. Sin embargo, el tomahawk sujetó su cabeza al árbol, porque se hundió en el tronco arrastrando un mechón de cabellos.” “A este personaje sucedieron varios guerreros más o menos expertos que no sólo lanzaron los respectivos tomahawks, sino que también probaron su destreza en el manejo del cuchillo.” (El Cazador de Ciervos Fenimore Cooper).
Tintín se librará del apuro usando la táctica del divide y vencerás, al lograr enemistar a los indios unos contra otros. Un recurso bastante utilizado en la narrativa popular. Los indios son fáciles de engañar pues tienen la inocencia de los no civilizados. Esta ingenuidad de los indios también se muestra en Totor y Popol y Virginia en el País de los Orejudos. Lo cierto y verdad es que los nativos norteamericanos fueron engañados una y otra vez. Sobre todo por el gobierno de los Estados Unidos, que violó tratado tras tratado con ellos.
En su huida Tintín acaba en un
refugio indio secreto subterráneo, decorado con pictogramas que a quien
suscribe le recuerdan a las historietas de Cutlass de Calpurnio.
Excavando para salir del refugio bajo tierra Tintín encuentra petróleo.
Tintín en América, versión original y
redibujada y coloreada.
Tintín es muy consciente de que el petróleo pertenece a los indios y así lo manifiesta, pero ya está ahí la ambición del hombre blanco anglosajón para quedárselo.
El petróleo conlleva un vertiginoso desarrollismo en el que no cabe el Viejo Oeste ni, por supuesto, los indios. Es el signo de nuestros tiempos.
Hallazgo de petróleo con final diferente en The
Katzenjammer Kids.
Tintín continúa la persecución del gánster y de nuevo, como en las historias anteriores, tienen protagonismo los trenes.
La famosa vaca que ve pasar el tren por Caran D´ache (finales del XIX).
Y de nuevo las viñetas, los planos y secuencias nos dan la impresión de estar en el cine. Puede venirnos a la cabeza la película El Maquinista de la General (Buster Keaton, 1926) y alguna otra con trenes ambientada en el Oeste Norteamericano.
El Maquinista de la General (Buster Keaton, 1926).
Tintin tiene un influjo funesto sobre los trenes, es acercarse a uno y acontecer la catástrofe. Al igual que en las dos aventuras anteriores (Tintín en el País de los Soviets y Tintín en El Congo) en Tintín en América se dan varios accidentes ferroviarios.
El Maquinista de la General (Buster Keaton, 1926).
Tintín se carga de nuevo un tren pero eso no le
impedirá continuar la persecución, a pesar de los desaguisados que deja tras de
sí.
En la procelosa
persecución del bandido Tintín entra en contacto con los
usos y costumbres del interior de los Estados Unidos. Un entorno violento,
impermeable a la justicia institucional.
Hergé, como quien no quiere la cosa,
introduce la cuestión de la segregación y violencia racial en los
Estados Unidos con un humor un tanto bestia, pero no carente de sentido en aquellos años.
Un programa de radio sirve para hacer alusión a la Gran Depresión y, se diría, que al secuestro del hijo de Lindbergh.
También se alude irónicamente a la corrupción policial y al alcoholismo. El sheriff que escucha la emisión radiofónica mencionada podría haber salvado a Tintín de un linchamiento, pero deja pasar la ocasión porque se coge una borrachera.
Las melopeas son
frecuentes en las historias de Tintín. En Tintín en América todavía
no había hecho presencia el Capitán Haddock, el futuro compañero
inseparable de Tintín, amante del whisky y de las bebidas alcohólicas en
general. Pero se podrían ver algunos precedentes del personaje en estas
primeras historias de Tintín.
Las borracheras hacen gracia en nuestra cultura, pero el alcoholismo es una tragedia y quizá a veces frivolizamos con la afición al alcohol.
Con el sheriff fuera de juego por borrachera, finalmente Tintín se libra del linchamiento aprovechado la confusión que se crea en la pelea que se desencadena en la disputa por ver quién le ahorca. Suelen pasar estas cosas en los tebeos. Y también en la vida cotidiana. Cuántas veces es imposible ponerse de acuerdo en algo que se supone que es de interés general por un quítame allá esas pajas o por, muy frecuentemente, egos heridos o intereses particulares. La política está llena de ejemplos.
Tintín en el País de
los Soviets.
Tintín prosigue la persecución por el Oeste dándonos todo un muestrario de
tópicos del Far West: El caballo
veloz, el incendio en la pradera, el atentado al ferrocarril…
A propósito del tren, de nuevo el joven reportero se ve envuelto en un incidente, muy de película también. Una situación en que no pocos villanos han dejado a sus víctimas.
Hergé salva siempre a su personaje justo al límite de la catástrofe con milagros de última hora. Lo habitual en los tebeos.
Tintín en América.
Tintín por fin consigue atrapar al prófugo y lo entrega a la justicia, lo que le hace alcanzar gran popularidad. En Estados Unidos, paradigma del capitalismo, la fama ofrece oportunidad de negocio y Tintín es asediado por ofertas a cual más elevada económicamente y disparatada en cuanto a la proposición.
La fama tiene sus
inconvenientes. Milú es raptado y los secuestradores piden un fuerte rescate. Hergé aprovecha para hacer referencia a
la literatura policiaca tan ligada a la cultura estadounidense, aunque lo hace
con cierto choteo.
Son varias las insinuaciones de Hergé que nos pueden llevar a pensar que en los Estados Unidos los delincuentes actuaban impunemente, incluso con la connivencia de la administración.
Mientras realiza Tintín en América, Hergé se casa con Germaine.
Las pesquisas del imberbe reportero belga para recuperar a su perro dan lugar a malentendidos que acaban por llevarle al calabozo. De nuevo, y no será la última vez, su fama le libra de sus captores.
Tintín en El Congo.
Una vez libre Tintín prosigue su búsqueda y da con la guarida de los secuestradores que resulta ser un castillo medieval. Hergé quizá quiera hacer referencia a los numerosos monumentos europeos que fueron llevados a Estados Unidos a fuerza de dólares y falta de escrúpulos. En la fortaleza no faltan las armaduras. De una de ellas se vale Tintín para dejar fuera de combate a la banda de raptores. Una estratagema que se ha visto más de una vez en tebeos y películas cómicas.
Tintín en América.
En cualquier caso el
jefe de la banda consigue escapar gracias a una proverbial trampilla que le
lanza a la salvación.
“He venido para ver la turbia sangre,
la sangre que lleva las máquinas a las cataratas
y el espíritu a la lengua de la cobra.
Todos los días se matan en Nueva York
cuatro millones de patos,
cinco millones de cerdos,
dos mil palomas para el gusto de los agonizantes,
un millón de vacas,
un millón de corderos
y dos millones de gallos
que dejan los cielos hechos añicos.
Más vale sollozar afilando la navaja
o asesinar a los perros en las alucinantes cacerías,
que resistir en la madrugada
los interminables trenes de leche,
los interminables trenes de sangre
y los trenes de rosas maniatadas
por los comerciantes de perfumes.
Los patos y las palomas
y los cerdos y los corderos
ponen sus gotas de sangre
debajo de las multiplicaciones,
y los terribles alaridos de las vacas estrujadas
llenan de dolor el valle
donde el Hudson se emborracha con aceite.”
(Fragmento de Nueva York, Federico García Lorca).
Tintín se salva in extremis de ser triturado en la cadena de producción de la fábrica Slift, gracias a un fenómeno devenido del capitalismo, la huelga. De paso Hergé aprovecha para poner en duda la calidad de los productos de la factoría, haciéndose eco de la adulteración de alimentos en conserva que se dio en Chicago y que dio lugar a la toma de medidas por la administración Rooselvelt para controlar la calidad de los alimentos.
Uno de los últimos delincuentes que Tintín sigue despachando gasta un bastón estoque. Empleado sobre todo en el siglo XIX, pero que sigue siendo del gusto de algunos villanos más actuales.
Tintín en América.
A Tintín, la lucha contra el crimen le sigue otorgando reconocimientos. En una celebración en la que se le homenajea puede verse a un personaje que se convertirá en el archienemigo de Tintín, Rastapopoulos. También aparece una tal Mary Pikefort en clara alusión a la actriz Mary Pickfort.
Tintín en América.
La lucha de Tintín contra los gangsters no acaba con el homenaje. El reportero es secuestrado y arrojado al lago Michigan con unas pesas de forzudo de circo atadas a los pies por una pareja de chinos siniestros . Lo de los esbirros chinos se repite, pues en Tintín en el País de los Soviets también aparecen dos orientales con muy malas intenciones.
Tintín en el País de los Soviets.
Las pesas resultan ser
de madera lo que salva a Tintín y pone en evidencia al
forzudo de circo a quien se le habían sustraído.
Por fin Tintín se deshace de todos los bandidos y es homenajeado en desfile triunfal por las calles de Chicago. Totor, el personaje de Hergé que precedió a Tintín, recibió un agasajo muy parecido en Nueva York tras atrapar a un delincuente. No será la primera vez que Hergé practica lo que Raymond Chandler definió como “canibalismo creativo”.
Totor.
Tintín termina su aventura americana y vuelve a Bélgica.
Penúltima viñeta de Tintín en América (versión original, 1932).
Penúltima viñeta de Tintín
en América (versión de 1946). En Tintín en América, Hergé pudo dibujar los rascacielos que
tanto interés le suscitaban como nuevas expresiones artísticas.
“El pequeño anciano miró por la ventana hacia Manhatan, atrapado
por la luz agonizante y sofocante del verano, los apretujados edificios como
una muchedumbre que estuviera esperando el momento de arrojarse a una piscina.”
(El honor de Los Prizzi, Richard
Condon).
El regreso de Tintín
se anuncia en Le Petit Vingtième.
El regreso del reportero desde Estados Unidos a
Bélgica se recreó, al igual que en las dos aventuras anteriores desde Rusia y
El Congo, con actores encarnando a los personajes de Hergé recibiendo un homenaje triunfal en la Estación del Norte de Bruselas. Estación, por cierto, hoy en día
decoradas con gigantescas viñetas de Tintín.
Primera portada para la recopilación de Tintín en América (1932).
Portada para la edición redibujada y coloreada
de Tintín
en América. La que llegó a España publicada por la editorial Juventud.
Pronto se recopilarían las entregas de Tintín en América en un álbum que, en sus sucesivas ediciones, tuvo diferentes portadas. Tintín en América es todavía una obra en la que Hergé no ha alcanzado su madurez artística, narrativa y periodística. El autor no llegó a estar satisfecho del todo con ella, como reconoció con los años, así como cierta animadversión hacia los Estados Unidos. Animadversión que viene de lejos como puede constatarse leyendo Tintín en América.
REFERENCIAS
• Patrick y Moliterni, Claude, Diccionario del Cómic,
Larousse, Barcelona 1996.
• Gravett, Paul, 1001 cómics que hay que leer antes de morir,
Grijalbo, Barcelona 2012.
• Goddin, Philippe El arte de Hergé volumen 1, Zendera Zariquiey,
Barcelona 2008.
• Hergé, Archivos Hergé, Juventud, Barcelona
1990.
• Hergé, Tintín en el País de los Soviets,
Juventud, Barcelona 1989.
• Hergé, Tintín en América, Juventud, Barcelona
1993.
• Hergé, Tintín en el País de los Soviets,
Zephyrum ediciones, Barcelona 1989.
• Srterckx, Pierre, Hergé y el arte, Juventud, Barcelona
2016.
• Varios, Gran enciclopedia
Larousse, Planeta,
Barcelona 1977.
• es.tintin.com.
• wikipedia.