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jueves, 17 de diciembre de 2020

Sergio Tofano, “Sto”

 

LOS PRIMEROS TEBEOS EUROPEOS VII

(Los primeros Tebeos)

por Demetrio Casado de Otaola

Sergio Tofano, “Sto” (1886-1973)

Sergio Tofano, que firmaba sus obras como Sto, se licenció en derecho, pero desde 1909 se dedicó al teatro. En 1914 comenzó a colaborar como dibujante en la publicación satírica-humorística Il Numero con creaciones como Taddeo e Veneranda, pero el personaje por el que se le recuerda fue Il Signor Bonaventura.

Signor Bonaventura (1917): Fue una serie cómica que apareció en la publicación infantil italiana Corriere dei Piccoli. Se trataba de otra serie que utiliza una fórmula repetitiva: Bonaventura (buena suerte en italiano) ataviado con un característico frac, zapatones y un minúsculo bombín rojos (una suerte de atavío de payaso en el estilo de tantos personajes cómicos), comienza la historia pobre de solemnidad para acabar millonario. Tal  cambio de fortuna se debe a alguna metedura de pata del protagonista que a la postre resulta providencial para los, en principio, agraviados por su error. Una carambola harto frecuente en los tebeos. Sobre todo en los de posguerra como es el caso. También se dan situaciones parecidas en el cine de posguerra. Algo parecido le pasaba, aunque más bien al revés, a Happy Hooligan, el  popular personaje de la tiras de prensa norteamericanas. De hecho Bonaventura surge como un intento de competir con la serie americana. 

Happy Hooligan y El Señor Buenaventura.

Al Señor Buenaventura le acompaña siempre un simpático perrito. Como a tantos otros personajes de tebeos (Tintín, Obélix...). Aparte del juego argumental que pueden dar estos milagrosos animales, sin los cuales Unamuno no concebía un Cielo, a los autores, que sin duda quieren a sus personajes, no les gusta que estén solos. 

 Romance de ciego.

El formato de las historietas era el común utilizado en Corriere dei Picoli. Seis u ocho viñetas dispuestas en cuadrícula con leyendas al pie en rima y con un vocabulario peculiar. El mismo formato utilizado en Quadrantino (otro popular personaje de la revista italiana) y en otras publicaciones similares europeas de la época, heredero en cierto modo de las aleluyas, de los romances de ciego.

El estilo de dibujo del Sergio Tofano, que creó escuela, es aparentemente sencillo, influenciado por la corriente abstracta de la pintura futurista, de la de Fortunato Depero especialmente. Futurismo y Dadaísmo se aúnan en esta amable historieta. Sto comparte el gusto por el futurismo con Rubino, el autor del ya mencionado Quadrantino. Las corrientes pictóricas mentadas se aprecian también en la obra del español K-Hito. Que entre los años 20 y 30 del pasado siglo publicó en el semanario infantil Pinocho, De cómo pasan el rato Currinche y Don Turulato.

 Así terminan siempre las historietas del Señor Buenaventura, recibiendo una pasta gansa.

Como se dijo al principio, Sergio Tofano se dedicó también a la dramaturgia. No sólo fue actor cómico con Vittorio De Sica y Luchino Visconti, sino también autor, escenógrafo y director. Así dirigió seis adaptaciones teatrales de El señor Buenaventura y una cinematográfica en 1941 con el título Cerenentola e il Signor Bonaventura.

 Juguete en fieltro del Señor Buenaventura.

El personaje fue también utilizado en publicidad apareciendo en varios medios, incluso en la televisión, hasta los años 50 del pasado siglo. . El propio Sto encarnaba al Señor Buenaventura en unos spots que dramatizaban sus peripecias que acababan como siempre recibiendo un millón de liras que rechaza porque prefiere, en su lugar, el producto que anuncia el spot. El Señor Buenaventura generó también lo que hoy llamaríamos merchandising: juguetes, helados… 

Carlo Peroni retomó al Señor Buenaventura en 1973. El mismo año en que falleció Sto y veinte años después de que éste dejase de dibujar al personaje. Más recientemente aún, se han realizado algunas animaciones del Señor Buenaventura utilizando medios digitales. Algunas  de ellas, así como los spots de los 50 pueden verse en youtube. En los enlaces que siguen por ejemplo.

https://www.youtube.com/watch?v=HJ48lRscFoY

https://www.youtube.com/watch?v=pFpL1sfv-vk

https://www.youtube.com/watch?v=zAEQgZMQUF8

https://www.youtube.com/watch?v=v2VHqFKYS8U

REFERENCIAS Gravett, Paul, 1001 cómics que hay que leer antes de morir, Grijalbo, Barcelona 2012. • Gaumer, Patrick y Moliterni, Claude, Diccionario del Cómic, Larousse, Barcelona, 1996.









miércoles, 2 de diciembre de 2020

Henry Mayo Bateman

LOS PRIMEROS TEBEOS EUROPEOS VI

(Los primeros Tebeos)

por Demetrio Casado de Otaola

Henry Mayo Bateman (1887-1970)

La vocación por el dibujo de este autor británico, nacido en Australia, se manifestó muy tempranamente, en su infancia, estimulada por las tiras cómicas que leía con avidez. Especialmente las aparecidas en Chips, The Fun y las del personaje Ally Sloper. Todas ellas publicadas en el Reino Unido.


Años después Bateman conocería la obra del francés Caran d´Hache, al que profesó gran admiración, y a quien muchos consideran que superó.

Historietas de Caran d´Hache y Bateman.

Otra fuente de inspiración fue el Victoria and Albert Museum, que Bateman pudo visitar, una vez instalada su familia en Londres, a los 14 años de edad.

La vocación artística del joven Bateman recibió el apoyo de su madre quien consiguió que fuese asesorado por el consagrado ilustrador Phil May. A pesar de su reticencia inicial, Bateman padre accedió a financiar los estudios de su hijo Henry en la Westminster School of Art, en la que ingresó a los 16 años. Después continuaría sus estudios en la New Cross Art Scholl. Además realizó prácticas en el estudio de Charles Van Havenmaet.

Antes de cumplir los 20 ya había hecho varias exposiciones y publicaba sus dibujos en varias revistas. Su obra satírica, la que se aproxima más a los tebeos, a la tira cómica, fue publicada principalmente en las revistas The Sketch y Punch. Dicha obra tuvo una gran influencia en el célebre caricaturista e historietista estadounidense Harvey Kurtzman (Little Annie Fanny). El trabajo de Bateman puede considerarse como una historia de la sociedad británica de la primera mitad del siglo XX. También como una especie de autobiografía algo distorsionada para dar salida a la sátira: Su familia, sus amigos, sus visitas a las ferias, sus salidas a la playa, al extranjero, sus aficiones (el Music Hall, el claqué, el boxeo, la pesca, el golf…), su abatimiento tras ser rechazado por el ejército en la I Guerra Mundial, su coche, su casa, su aspiradora, sus… en resumidas cuentas, experiencias, penas y glorias. Todo ello tiene cabida en sus ilustraciones, chistes e historietas.  


 Ilustración de Bateman perteneciente a su celebrada serie The Man who… que recogía satíricamente aspectos del modo de vida británico en los que un individuo comete una torpeza, un error, una trasgresión… que provoca la consternación general. En este caso relacionado con el golf, un deporte muy socorrido en los tebeos para crear gags . A continuación viñetas de The Yellow Kid yThe Katzenjammer Kids con el mismo tema.

El estilo de Bateman evolucionó a lo largo de los años. Desde las armónicas líneas de sus primeros trabajos hasta los esquemáticos y enérgicos trazos de sus tiras cómicas. Tan adecuadas estas últimas para captar, reflejar las flaquezas, manías, excentricidades… De todo ello Bateman hizo un soberbio muestrario, demostrando su profunda capacidad de observación y extraordinaria habilidad narrativa.

Bateman desarrolló trastornos depresivos desde su juventud. La tensión sufrida al tener que elegir entre ser pintor o ilustrador gráfico humorístico, el trauma de no ser aceptado como soldado al estallar la I Guerra Mundial le pasaron factura. Esta disposición de ánimo asociada a su pasión por el Music Hall y la surreal locura que emana se refleja en sus ilustraciones, con un texto al pie al principio y sin texto alguno después. En estas viñetas los personajes muestra estados de ánimo, sentimientos, emociones… en un grado tal que algunos describen esta parte de la obra de Bateman como la de alguien que se vuelve loco sobre el papel. Parece que le sirvió de terapia. Este histrionismo gráfico es considerado como una de las grandes aportaciones de Bateman. Sus historietas mudas, cinematográficas se podría decir, es otra de sus aportaciones. Son historietas cómicas, pero tienen también un toque macabro, complejo… que supusieron toda una novedad en su momento en el Reino Unido y que marcaron una línea a seguir para muchos dibujantes.

Los fontaneros chapuceros parecen ser una característica de la cultura británica compartida con muchas otras.

La contribución a la narrativa gráfica por la que Bateman es más conocido es la serie “The Man Who…”. Refleja momentos en los que se muestra a un individuo cometiendo algún acto transgresor, causando la reprobación, la consternación general. Esta serie consagró a Bateman definitivamente, le hizo rico y famoso. Es una serie todavía demandada y que se ha convertido en  parte de la cultura británica. La prensa anglosajona utiliza habitualmente la expresión “Bateman situation” para calificar sucesos en los que alguien se ve envuelto en trances equiparables a los de “The Man Who…”. Gran parte de esta serie se realizó mediada la I Guerra Mundial. Tiempos muy duros por muchos motivos. Para Bateman fueron días de gran frustración al no poder contribuir como soldado al esfuerzo de guerra pues fue rechazado cuando quiso alistarse. De nuevo volcarse en el trabajo le sirvió de terapia, no sólo a él sino también a sus lectores (muchos de ellos soldados) con sus divertidas secuencias sobre la vida militar. Tanto fue así que Bateman fue requerido para entretener y subir la moral de las tropas con demostraciones de dibujo. La primera ilustración de esta serie fue The Boy Who Breathed on the Glass at the British Museum. Algo así como El muchacho que respiró sobre el cristal en el Museo Británico. A Bateman le chocó enormemente el celo con el que los vigilantes del célebre museo cuidaban de objetos inertes mientras miles de personas morían en el frente. 

Walt Disney. 

Bateman dejó de dibujar tiras cómicas pocos años después de finalizar la II Guerra Mundial. Llevó una vida retirada en la isla de Malta alejándose de la vigilancia de los inspectores de hacienda ingleses, a quienes dedicó varias de sus historietas, algunas  con los característicos globos de texto (bocadillos) de los tebeos. En la isla mediterránea se consagró a su pospuesta carrera como pintor. Su trabajo (pintura, publicidad, ilustración, caricatura, tira cómica, historietas…) es considerado como una obra maestra y como una contribución relevante al arte gráfico. Entre sus muchos admiradores y seguidores se cuentan al historietista Charles Plumb y al cineasta Walt Disney. 

REFERENCIAS Gravett, Paul, 1001 cómics que hay que leer antes de morir, Grijalbo, Barcelona 2012 Wikipedia.www.hmbateman.com