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martes, 18 de junio de 2019

Töpffer: M. Crépin


LAS PRIMERAS NOVELAS GRÁFICAS
(Los primeros Tebeos)
por Demetrio Casado de Otaola


Töpffer demostró tener un gran espíritu crítico y se desahogó a gusto en sus obras, satirizando aquello que le resulta cuestionable de su sociedad centroeuropea de la primera mitad del siglo XIX.


En concreto en  Monsieur Crépin (1837), Töpffer ridiculiza el esnobismo, las modas pseudocientíficas y las innovaciones pedagógicas, males que ya se daban en el siglo XIX y que siguen castigándonos. No hay que olvidar que Töpffer fue maestro de escuela y profesor universitario. El retrato que hace de la horda de hijos de M. Crépin (Töpffer tuvo seis hijos), de su snob esposa y del cerrilismo intransigente con que pseudocientíficos y preceptores educativos defienden sus posturas trasciende la época en que fue realizado. 


En la búsqueda del Señor Crépin de una escuela para educar a sus hijos, Töpffer muestra varias instituciones cuyos directores tienen nombres que recuerdan a pedagogos de la época. Tal es el caso de Farcet, nombre con el que el autor hace un juego de palabras con el nombre del pedagogo Fröbel, y “Farce”, farsa en francés. Lo mismo ocurre con Parpaillozi que es una evocación clara de Pestalozzi, pedagogo suizo que sigue estudiándose en las facultades de magisterio. Además parpaillot es una denominación despectiva para referirse a los calvinistas.


Por otro lado está la escuela de Bonnefoi, “Buena Fe” en francés, que es un trasunto del propio Töpffer, con quien finalmente se educan con éxito la extensa prole de M. Crépin, que se comporta con el gamberrismo propio de los niños, tantas veces protagonista en los tebeos: Max und Moritz, Katzenjammer Kids, Buster Brown… Son solo algunos ejemplos de una larga lista de niños gamberros de los tebeos.

Max und Moritz.

La dificultad en educar a unos hijos inquietos se trata también someramente en la última obra publicada de Töpffer, M. Cryptogame.

Recibimiento de sus hijos a M. Crépin.
Recibimiento a M. Cryptogame de sus hijos adoptivos.  

La utilización de apellidos que definen a los personajes es muy utilizada por Töpffer y es una característica que se da frecuentemente en los tebeos tebeos (los franceses Doré y Caran d´Ache también lo hicieron). Así  M. Crépin sufre a Craniose, un pseudocientífico que sostiene que palpando cráneos y localizando sus protuberancias se define con fatal determinismo las capacidades, inclinaciones y destinos de las personas. Esta “ciencia” que dio en llamarse frenología tuvo cierta vigencia aplicada a la criminología.


En M. Crépin se cuestionan también los argumentos a favor de la abolición de la pena de muerte. Polémica que si bien en Suiza no tuvo repercusión si lo hizo en Francia en la época de Töpffer.


En Francia se editaron agrupadas en un volumen las estampas de Monsieur Crépin. Así mismo se hizo en España en 2012 por la editorial El Nadir. 

 
La prole de Crépin hace estragos durante su paseo. Al fondo a la izquierda se puede apreciar lo que ocurre cuando se importuna a una caballería. Situación harto reiterada en tebeos, películas y, por supuesto, en la vida real.  Abajo otra coz en una viñeta del francés Cham, uno de los varios emuladores que tuvo Töpffer, y otro caso de coces tebeísticas, más recientes, en  Katzenjammer Kids, Popol y Virgina y  en Mortadelo y Filemón.

La prole de M. Crépin, gracias al buen hacer de Bonnefoi se convertirá en ciudadanos de provecho, final feliz por tanto, al estilo de y fueron felices y comieron perdices, lo que se muestra en una imagen con la  celebración de un banquete, tal y como suelen acabar las historia con feliz desenlace.


REFERENCIAS Gravett, Paul, 1001 cómics que hay que leer antes de morir, Grijalbo, Barcelona 2012. Guiral, Antoni, Del tebeo al manga: Una historia de los cómics 1, Panini. Varios, Catálogo de la exposición Beatos, Mecachis y Percebes, Biblioteca Nacional de España, 4 de octubre de 2018 a 13 de enero de 2019.Töpffer, Rodolphe, Monsieur Crépin, Monsieur Pencil, El Nadir, 2012. Töpffer, Rodolphe y otros, Pioneros del Cómic, El Nadir, 2014. Töpffer, Rodolphe, Las aventuras de Monsieur Vieux Bois, El Nadir, 2015.  Töpffer, Rodolphe, Historias en estampas, El Nadir, 2018.







domingo, 16 de junio de 2019

Rodolphe Töpffer


 LAS PRIMERAS NOVELAS GRÁFICAS

(Los primeros Tebeos)

por Demetrio Casado de Otaola


Últimamente se utiliza el término nóvela gráfica para definir a cómics  de cierta extensión y calidad de edición, diferenciándose así de las publicaciones periódicas (aunque quien suscribe, nacido y criado en España, considera que todos son TEBEOS y así los llama).

Atendiendo a esta distinción podrían encontrarse antecedentes muy tempranos de las novelas gráficas.  Los códices mayas por ejemplo.

Sin necesidad de remontarse tan atrás en el tiempo se puede considerar una suerte de novelas gráficas al trabajo de Rodolphe Töpffer, para muchos el verdadero padre de los cómics, de los tebeos.

© El Nadir, de las imágenes de Töpffer.

Rodolphe Töpffer (1799-1846)

Töpffer nació en Ginebra, Suiza. Su padre, Wolfgang Adam Töpffer, era pintor y caricaturista ocasional. Frecuentaba  la Gran Bretaña, lo que dio ocasión a que su hijo conociera la obra del ilustrador William Hogarth y de los caricaturistas británicos cuyos dibujos se recopilaron en álbumes. En particular son de mencionar, por las similitudes con la posterior obra de Töpffer,  Thomas Rowlandson  y George Cruikshank.

Ilustración de William Hogarth y Dr Syntax,  protagonista de una serie de caricaturas  de Thomas Rowlandson (1756 – 1827) que pudiera ser un precedente  de los personajes individualizados de Töpffer.

William Hogarth tuvo especial influencia en el ginebrino. Las historias con moraleja y moralina del británico, narradas en secuencias de imágenes, publicadas en el siglo XVIII, se consideran como precedentes de los tebeos. Hay quien proclama a Hogarth como El Abuelo de los cómicsTöpffer diría sobre el británico: “Las expresiones de crimen y virtud que este moralista pintor grababa enérgicamente en los rostros de sus personajes suscitaron en mí esa atracción mezclada de turbación que un niño prefiere a cualquier otra cosa”.

Ilustración de William Hogarth. 

De modo que el suizo estaba doblemente imbuido de la voluntad de estos dibujantes británicos de narrar historias mediante dibujos caricaturescos y de la inclinación hacia el estudio de  las artes impulsada por su padre. Estudios  artísticos que tuvo ocasión de continuar en París. 

 Ilustración de Töpffer que muestra la proverbial pobreza del artista. Algo que ha sido refelajado por muchos otros.
 Otro artista pobre en busca de mecenas, ilustración de Caran d´Ache © El Nadir.

Pero Töpffer tenía una afección en la vista que finalmente le hizo abandonar la pretensión de ser pintor. Optó entonces por  la vocación didáctica y divulgativa. Fue maestro de escuela; profesor universitario; escritor de relatos, novelas, crónicas de viajes y farsas teatrales; crítico de arte; teórico de estética; moralista; controvertido periodista; activo corresponsal; caricaturista; retratista mediante palabra e imagen de paisajes y paisanaje y para muchos el indiscutible creador del cómic moderno.

Los amores del señor Vieux Bois (1827): En 1827 Töpffer realizó un relato gráfico con dibujos (viñetas) y textos de apoyo, equiparable a lo que hoy llamaríamos cómic o tebeo. Contaba en tono humorístico las peripecias de Monsiur Vieux Bois (la elección de un nombre aliterado es una tradición en los personajes de ficción y en los tebeos en particular) en el estilo que en las películas cómicas de principios del siglo XX se conocería como slapstick (persecuciones, caídas, porrazos, soponcios, carambolas, malentendidos...) y que se extendería a tebeos y dibujos animados. 


Esta primera obra cuenta la delirante historia de Monsiur Vieux Bois, enamorado perdido de una dama que parece inalcanzable. 

Ilustración de Monsiur Vieux Bois © El Nadir.

 Ilustración de The Katzenjammer Kids.

En la persecución del objeto de amor, las persecuciones son un elemento característico de las obras de Töpffer, se suceden toda una serie de situaciones descacharrantes: Incontables intentos de suicidio frustrados, encierros, fugas, encuentros, desencuentros, travestismo, adelgazamientos y engordes vertiginosos (esto último también divertía mucho a McCay el autor del celebérrimo Little Nemo)… 

Viñetas de Ms Vieux Bois.
 Viñeta de Dream of the Rarebit Fiend de McCay.

Todo ello narrado con gags y recursos narrativos que Töpffer utilizará en obras posteriores y que después, como se ha dicho, pueden reconocerse en multitud de tebeos, películas y dibujos animados.

Las carreras alocadas son especialmente del gusto del suizo y en casi todas sus obras puede verse alguna.

Ms Vieux Bois a la carrera


 Personajes de Ms Pencil a la carrera.

 Ms Cryptogame y otros personajes de Töpffer, Los personajes a la carrera son muy del gusto del suizo que desarrolla una característica forma de representarlos.

Esta obra es una sátira de la literatura romántica, con suicidios ridículos, de la pastoril, con sus bucólicas escenas campestres, y de la gótica, con sus fantasmas y siniestros monjes. Töpffer vivió la época de apogeo del Romanticismo en Europa y se chotea a gusto del mismo en varias de sus obras.

Este primer trabajo puede considerarse como un borrador pues no llegó a publicarse hasta años más tarde, redibujado y con mayor extensión, en viñetas con textos al pie. Todo ello auto editado por Töpffer

Monsieur Vieux Bois fue adaptado al cine de animación en 1921 por los franceses Robert Lortac y Julia Cavé en la película Monsieur Vieux Bois et l´objet de aiméAlfred Jarry, autor del Rey Ubú, en cierto modo continuador de la obra del suizo, redactó el libreto de la opereta L´objet de aimé, le premier suicide de Mr Vieux Bois. 

Un intento frustrado de autoahorcamiento de Vieux Bois da lugar a una serie de gags que Töpffer repetiría en la posterior obra Ms Cryptogame.
 Viñeta de Ms Cryptogame.

 
Entre las ilustraciones que Doré realizó para Las Aventuras del Barón de Münchhausen hay una que es una morcilla de Doré, pues no reproduce una escena del texto y sí recuerda a las situaciones aparecidas en Les amoures de Mr Vieux Boix y Mr Cryptogramme, También hay una ilustración en su otra obra Historia de la Santa Rusia evocadora de la situación.
 Ilustración de 
Historia de la Santa Rusia.

Las aventuras de Monsieur Vieux Bois han sido publicadas en España por El Nadir en 2015.


 Vieux Bois y los indios navajos, como se ve en esta viñeta de El Teniente Blueberry, comparten métodos.

“Furiosos por su negativa, lo arrojaron a una fosa. Le sepultaron hasta el cuello y le dieron una última oportunidad para abandonar su fe.” (Intolerancia que duele, Taco calendario del Corazón de Jesús 2023).

El autor no pensó en un principio que sus trabajos, que eran para él un divertimento, un escape a la tensa realidad política, un pasatiempo en las tediosas horas de cuidado de alumnos (más de uno con el gusanillo del dibujo se ha visto en las mismas), llegarían a ser tan populares, tener tanta difusión e incluso ser lucrativos. El propio Töpffer menospreciaba el valor artístico y cultural de sus narraciones. Aún hoy cuesta desprender a los tebeos de esta minusvaloración que siempre les ha acompañado. Para un futuro profesor universitario tales producciones podrían ser un demérito. De modo que Töpffer nunca firmó con el nombre completo sus publicaciones sino con las iniciales.



Las historias de Töpffer nacieron para regocijo de sus alumnos, agradaron igualmente a familiares y amistades, comenzaron a difundirse. El ginebrino tomó entonces conciencia de que su obra podría dirigirse a un público adulto, los elogios hacia su obra del mismísimo Gohete le acabaron de animar a seguir con sus narraciones gráficas. Esta trayectoria es propia también de los tebeos, que solían ser muy populares entre los niños sin estar necesariamente dirigidos a ellos en exclusiva. En cualquier caso, los alumnos de Töpffer eran adolescentes que estudiaban en una institución de élite. La ironía y sátira de Töpffer no es chabacana sino aguda y encierra mensajes de crítica social muy serios, pese a que el autor se desmarque de estas cuestiones calificando a sus obras de sinsentidos, de pequeñas locuras.


Aparte de todo lo expuesto hay una circunstancia más y muy relevante que le da un carácter casi accidental a las aportaciones de Töpffer. Él hubiese querido ser pintor costumbrista y paisajista como su padre, pero su deficiente vista se lo impidió.  De modo que compensó su limitación, desarrollando un sistema narrativo fluido, sin cambios de plano, sintético, monocromo, que aúna imagen y texto. Un sistema económico y rápido. Apropiado para alguien con la urgencia de comunicar, de producir, antes de quedarse ciego como su madre. Tal circunstancia no se dio finalmente, pero la urgencia parece necesaria después de todo, pues Töpffer no llegó a cumplir los 50, aunque tampoco sea una edad muy temprana para fallecer en aquellos años.Töpffer no hizo pintura, su vocación frustrada,  pero estableció las bases de un nuevo medio de comunicación.


El primer trabajo de Töpffer que vio la luz fue Historie de Monsieur Jabot en 1833, al que siguió Monsieur Crépin en 1837. Ese mismo año  Les amours de Monsiur Vieux Bois



En los países anglosajones a Les amours de Monsiur Vieux Bois se le cambió el título por The Adventures of Mr. Obadiah Oldbuck.

Historie d´Albert 

Monsiur Pencil y Docteur Festus en 1840. Historie d´Albert en 1844, publicado en entregas en el semanario parisino L´illustration.



Historie de Monsieur Cryptogame en 1845, también publicado por entregas en L´illustration.

Monsieur Trictrac es una obra que Töpffer no pudo acabar y que se extravío, pero fue encontrada y publicada en 1937. Hay otras obras inacabadas que el autor dejó a su muerte.

Viñetas de una historia de Töpffer inacabada.

Histoire de M. Jabot (1833): En la introducción de Histoire de M. Jabot, Töpffer, cosciente de que está contando historias de una forma nueva y diferente escribe: “Se trata de un pequeño libro de naturaleza mixta. Se compone de una serie de dibujos autografiados. Cada uno de esos dibujos está acompañado de una o dos líneas de texto. Los dibujos, sin el texto, no significan gran cosa; el texto sin los dibujos no significaría nada”.

Histoire de M. Jabot satiriza a un arribista, tan frívolo y snob como la sociedad a la que aspira conquistar. También hay algo de sátira hacia el amor romántico. 

 © El Nadir.

M. Jabot es bajito, quizá sus aspiraciones sociales quieran compensar su estatura.

  © El Nadir.

 Para entrar en sociedad participa en una reunión con baile y orquesta, en la que espera relacionarse con gente distinguida. Un primo con el que se encuentra, al que rehúye por parecerle provinciano e indigno de su compañía, y  sus propias torpezas, estas sí, dignas del Inspector Clouseau, causan un sinfín de desastres que le obligan a concertar hasta 5 duelos en defensa de su honor. Algo parecido a lo que le pasará a D´Artagnan en la novela de Alejandro Dumas, Los Tres Mosqueteros, publicada en 1844.

Las ensoñaciones de M. Jabot, su hinchazón por hartarse de comer, son representadas por Töpffer con recursos gráficos propios de los tebeos modernos e incluso de la antigüedad.

 Fresco en la iglesia románica de la localidad italiana de Como.

Viñetas de M. Jabot.

Viñeta de Shanna La Diablesa, con una situación parecida a la soñada por M. Jabot. 

Otros ensartes múltiples en viñetas de Doré y  Caran d´Ache © El Nadir. 

La misma idea en este fragmento de Cruzadas de Max.


 Sueños representados en Historia de la Santa Rusia de Doré de Katzenjammer Kids y de una historieta de  Margerin utilizando el mismo recurso que Töpffer.

Los duelos mencionados acaban en reconciliaciones y celebraciones, cinco en total, que ocasionan el empacho de M. Jabot, representado por Töpffer con un tripón, recurso muy utilizado en los tebeos.

“- Tú no te has visto en estos lances, y desconoces la escrupulosidad con que se disponen- dijo Bravo al hijo de Lucila -. Yo he tenido tres, y en los tres acabamos con abrazo y almuerzo.” (España trágica, Episodios Nacionales, Benito Pérez Galdós).

 Imagen de M. Jabot © El Nadir.

Viñetas de M. Cryptogame, una obra posterior de Töpffer, y de Los trabajos de Hércules, de Doré, un seguidor de Töpffer.

 Ilustración de Max y Moritz.

La parte final del relato transcurre por la noche, en una posada en la que la oscuridad, la confusión y la proverbial capacidad de M. Jabot para causar el caos dan lugar a situaciones de comedia y enredo en crescendo que caracterizarán  la obra de Töpffer. También son característicos en su obra los perritos de compañía que en su fidelidad acaban por sufrir las mismas vicisitudes que sus amos. Esto se ha convertido en algo muy común en los tebeos.

Tanto Mr. Jabot como Mr. Vieux Bois y Mr. Crépin fueron pirateados por el editor francés Gabriel Aubert. Quien pronto lanzaría producciones propias con el título genérico de Albums Jabot, haciendo referencia a la primera obra publicada de Töpffer.


El autor teatral Alfred Jarry proyectó una adaptación de Mr. Jabot.


Cada una de las siete obras de Töpffer se centraba en un personaje, siempre en tono bufo, alternando situaciones cotidianas y el género fantástico. Son personajes con una obsesión, una fijación que los caracteriza y determina el curso de la historia. Tal y como han venido siendo los tebeos desde entonces.


Las cuestiones preferidas por el autor para satirizar son: la petulancia científica, la rigidez de las costumbres sociales, la ridiculez romántica, el esnobismo burgués por la modernidad frente a la sencillez campesina, el poder, el ejército, la burocracia…


En siguientes entradas se tratarán con más detalle las principales obras de Töpffer.

REFERENCIAS Gravett, Paul, 1001 cómics que hay que leer antes de morir, Grijalbo, Barcelona 2012. Guiral, Antoni, Del tebeo al manga: Una historia de los cómics 1, Panini. Varios, Catálogo de la exposición Beatos, Mecachis y Percebes, Biblioteca Nacional de España, 4 de octubre de 2018 a 13 de enero de 2019.Töpffer, Rodolphe, Monsieur Crépin, Monsieur Pencil, El Nadir, 2012. Töpffer, Rodolphe y otros, Pioneros del Cómic, El Nadir, 2014.  Töpffer, Rodolphe, Las aventuras de Monsieur Vieux Bois, El Nadir, 2015.  • Töpffer, Rodolphe, Historias en estampas, El Nadir, 2018. Töpffer, Rodolphe, Historias en estampas, El Nadir, 2018.