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lunes, 29 de julio de 2019

Töpffer: Legado





 LAS PRIMERAS NOVELAS GRÁFICAS
(Los primeros Tebeos)
por Demetrio Casado de Otaola

Viñeta de M. Crepin, Töpffer, 1837.

Las obras de Töpffer no son breves. Algunas de ellas tienen casi 100 páginas. Atendiendo al criterio actual, y no necesariamente compartido, para clasificar a los cómics (tebeos para quien suscribe) por su extensión, las obras de Töpffer podrían considerarse como novelas gráficas. Y atendiendo a la fecha de su aparición a Töpffer como el progenitor de los Tebeos.

 
Aleluya anónima del siglo XIX.

Sin entrar en controversias lo que es claro es que el suizo fue un innovador en cuanto a técnicas de composición y narrativa. Técnicas que son herencia de los romances de ciego y aleluyas. Técnicas que compartirán los franceses Grandville (1803-1847), Cham  (1818-1879), Gustave Doré (1832-1883), Cristophe (1856-1945), Petit (1839-1884) Caran d´Ache (1858-1909, especialmente en la obra Histoire de Malborougho el alemán Wilhem Busch (1832-1902), entre otros. 

Viñeta de Impressions de voyage de M. Boniface, de Cham, 1844.
Dibujo de Doré.
Dibujo de Petit y dibujo de Busch.

Pero a Töpffer se le deben relevantes aportaciones tales como encadenar las ilustraciones formando una secuencia, utilizando además distintos planos. Se da cuenta de que para facilitar la narración debe simplificar, caricaturizar el dibujo. Utiliza textos al pie cuidadosamente economizados (Töpffer conocía el recurso de los globos de texto, bocadillos, los empleó en algunas caricaturas, pero prefirió no utilizarlos en sus historietas), argumentos rayanos en lo surreal, personajes expresivos y dinámicos dibujados igualmente con expresividad y dinamismo… A esta nueva forma de contar historias Töpffer la llamó “literatura en estampas”. 

El trabajo de Töpffer tuvo rápidamente versiones no autorizadas en Francia, en el Reino Unido en 1841 y Estados Unidos en 1842. Siendo para algunos el primer tebeo publicado en el país norteamericano. Lo que hizo como suplemento del periódico Brother Jonathan de Nueva York. De modo que la literatura en estampas de Töpffer es también una suerte de temprana tira de prensa,  además el formato apaisado de las obras de Töpffer se ajusta al de las futuras tiras diarias de prensa.  El que el trabajo de Töpffer fuera conocido en los Estados Unidos da que pensar sobre la posible influencia que tuviera en los dibujantes que desencadenaron el fenómeno de las tiras de prensa años después. Desde 1860 la editorial francesa Garnier ha venido reeditando la obra de Töpffer.

Las aportaciones de Töpffer no se limitaron a sus obras gráficas. También escribió con intención didáctica un ensayo sobre esta nueva forma de contar historias. En 1845 sacó a la luz Essai de Physiognomonie, que parece una declaración de principios del incipiente medio de comunicación al que estaba dando nacimiento: “Podemos escribir historias en renglones, líneas, palabras: es la literatura propiamente dicha. Podemos escribir historias con sucesiones de escenas representadas gráficamente: es la literatura en estampas” - “el trazo gráfico no es tanto un proceso sumido a las exigencias de la expresión como a las de la claridad… hay que conferirle al objeto sus características esenciales”. “Hacer literatura en estampas no significa constituirse en el obrero de una idea para salir del paso… No es poner al servicio de una fantasía exclusivamente grotesca un lápiz de naturaleza bufa. Tampoco se trata de desarrollar un proverbio o hacer juegos de palabras: es inventar un drama real en el que todos los elementos coordinados con el dibujo dan como resultado un conjunto; bueno o malo, pesado o ligero, loco o serio, haber hecho un libro, y no sólo trazar una hermosa palabra u ordenar un refrán en estrofas”.  El tratado viene ejemplificado con ilustraciones de cosecha propia que redundan en la importancia que da a la caracterización de personajes y sus expresiones. A este respecto el estudioso Gombrich llega a establecer una ley de Töpffer que artícula la teoría y técnica del cómic y que considera vigente.


El clarividente Töpffer fue consciente de las posibilidades del medio. Así escribió en cierta ocasión: “Sin duda el medio es susceptible de dar novelas, dramas, poemas como cualquier otro, en ciertos aspectos, mejor que cualquier otro…” El tiempo acabaría dándole la razón, pero durante mucho tiempo, y aún ahora, los tebeos se consideraron infantiles, simples, vulgares… 

“Ha creado usted el medio y no ha visto todavía al último de sus imitadores.” (El editor Dubochet a Töpffer).

Como ya se ha dicho Töpffer tuvo pronto numerosos imitadores. No todos lograron o quisieron difundir sus tentativas. Así se tiene el caso de varios ilustradores victorianos entre los que destaca el caricaturista Cruickshank o el de los escritores y dibujantes ocasionales Thackeray y Alfred de Musset. Los que sí se adhirieron abiertamente a la fórmula de Töpffer fueron varios artistas franceses entre los que sobresalen Cham, Doré (ya mencionados)  y Nadar con su Monssieu Réac de 1849. Sucesor de todos ellos fue ( también ya mencionado) Léonce Petit (1839 – 1884) al que llamaron el Töpffer francésSe ha de hacer mención además de la obra del suizo Voyages en Zigag de Töpffer, unas narraciones del suizo a propósito de las excursiones que hacía con sus alumnos que parece influenciaron la historieta de Doré Des-agréments dún voyage d´agremént

La obra de Töpffer ha sido objeto de estudio por Ernst Gombrich en Arte e ilusión, en M. Töpffer invente la bande desineé de Thierry Groensteen y en Rodolphe Töpffer: Father of the Comic Strip, escrita por el reconocido especialista en la génesis de los tebeos David KunzleLe Corbusier y director de cine Jean Chox admiraron al suizo y le consideraron como a un precursor del cine porque sus historias están narradas de tal forma que podrían ser rodadas tal cual. Opinión que comparte el dibujante de tebeos, ganador de un Pulitzer, Art Spiegelman, que nombra al suizo como “santo patrón del cómic”Otro cineasta en el que ha calado la obra de Töpffer es Jan Cocteau, así como en el viajero escritor Pierre Loti que escribió Les aventures de M. Pygmalion Piquemouche et de Melle influenciado por el suizo.

Chris Ware, prestigioso creador de nóvelas gráficas y reputado teórico del cómic, dijo: “Está claro que Töpffer no sólo inventó el cómic, sino también al moderno historietista.

En Francia se editaron agrupadas en un volumen las obras de Töpffer Monsieur Crépin y Monsier Pencil. Así mismo se hizo en España en 2012 por la editorial El Nadir, que editó también la obra postrera de Töpffer Mr, Cryptogramme en 2014 y Las aventuras de Monsieur Vieux Bois en 2015.

REFERENCIAS Gravett, Paul, 1001 cómics que hay que leer antes de morir, Grijalbo, Barcelona 2012. Guiral, Antoni, Del tebeo al manga: Una historia de los cómics 1, Panini. Varios, Catálogo de la exposición Beatos, Mecachis y Percebes, Biblioteca Nacional de España, 4 de octubre de 2018 a 13 de enero de 2019.Töpffer, Rodolphe, Monsieur Crépin, Monsieur Pencil, El Nadir, 2012. Töpffer, Rodolphe y otros, Pioneros del Cómic, El Nadir, 2014. Töpffer, Rodolphe, Las aventuras de Monsieur Vieux Bois, El Nadir, 2015. . Caran d´Ache, Un historietista del Fin de Siecle, El Nadir, 2013.





miércoles, 24 de julio de 2019

Töpffer: M. Cryptogame

LAS PRIMERAS NOVELAS GRÁFICAS
(Los primeros Tebeos)
por Demetrio Casado de Otaola

Historie de Monsieur Cryptogame (1845):  Fue la más exitosa y difundida obra de Töpffer. Es una sátira del exotismo, del amor romántico y siendo una parodia de los folletines, de las novelas por entregas, es casi también un folletín, pues se publicó en trece entregas en L´Illustration. La historieta y los folletines están estrechamente relacionados. Si bien en un principio la historieta nace como una parodia de aquellos, comparten muchos recursos narrativos, estructura, giros argumentales… Así en Mr. Cryptogame se da exotismo, fantasía, aventura, absurdas coincidencias y hasta despreocupada violencia. 

 
M. Boniface

Mr. Boniface de Cham (un seguidor francés de Töpffer), fue publicada un año antes que Mr. Cryptogame. Ambas obras se dividieron en capítulos y se publicaron por entregas. Tal y como se hacía con los folletines. Se cambia así la tendencia de presentar las obras como historias completas en álbumes. Esta nueva fórmula se consolidaría y será la que empleen las posteriores tiras de prensa y comic-books.
Un chiste muy viejo, por los menos de 1845.

A Töpffer parecen encantarle las huidas, carreras alocadas, persecuciones… un recurso cómico usado con frecuencia. Así en casi todas las obras del suizo se verán  situaciones de este tipo. Lo mismo sucederá en las posteriores películas cómicas.

Fragmentos de M. Pencil (1840) y M. Cryptogame (1845) de Töpffer.

En Mr. Cryptogame la huida tiene especial protagonismo.  Tanto en Mr. Cryptogame como en Mr. Vieux Bois (una de las primeras obras de Töpffer) hay unas situaciones de huida que Doré (otro, en sus inicios, seguidor francés de Töpffer) se tomaría la licencia de recrear cuando ilustró Las Aventuras del Barón de Münchhausen en 1864. Lo cual es apropiado pues Mr. Cryptogame recuerda en cierto modo a la citada obra literaria.

Viñetas de M. Cryptogame.

Ilustración de Las Aventuras del Barón de Münchhausen y de Historia de la Santa Rusia de Doré.

En el caso de M. Cryptogame sus huidas se deben a las pocas ganas de perder su libertad casándose con la dominante Elvira, que no acepta un no por respuesta, ante la que es incapaz de afirmarse. Una situación muy habitual en las obras cómicas, por lo menos en las de antes, ahora la sospecha de caer en el patriarcalismo puede echar atrás a más de uno e incluso a una.


M. Cryptogame es un acérrimo cazador de mariposas en permanente huida, tratando de evitar a su obsesionada y aguerrida prometida Elvira

 Al Capitán de The Katzenjammer Kids también le dio por cazar mariposas circunstancialmente.

La huida le hará viajar de un clima extremo a otro e incluso será tragado por una ballena como Jonás. Un viaje por medio mundo como el que han realizado tantos personajes de ficción desde La Odisea.

Jonás.
 M Cryptogame tragado por una ballena.

En el estómago del cetáceo M. Cryptogame encontrará a otros viajeros tragados como él. De forma semejante a como Pinocho se  reencontrará con su artífice Gepetto, en el libro Las aventuras de Pinocho de Marco Collodi, publicado en 1878.


Entre los tragados por la ballena se encuentran un par de misioneros y una lozana moza provenzal de la que M Cryptogame se enamora y desposa, en una ceremonia nupcial celebrada en el interior del animal, oficiada por los religiosos. Es entonces cuando cobra significado el nombre del protagonista. Pues cryptogame significa casado en secreto en griego. Töpffer hace gala de su formación clásica y no en vano el griego era una de las materias que enseñaba en su labor docente.


Resulta sorprendente, al menos para quien suscribe, la despreocupación con que Töpffer muestra cuestiones como  la infidelidad de M Cryptogame; así como su conversión al Islam para salvar su vida; su disposición (coaccionada eso sí) a una segunda boda con su prometida original, aún a riesgo de ser bígamo y su rápida acomodación a esta posible situación por la permisividad de su nueva fe. 

M Cryptogame conseguirá escapar una vez más del matrimonio con Elvira ya que ambos son apresados y quedan cautivos en Argel (como Cervantes y tantos cristianos antes y después de él). El Dey de Argel, para su desdicha, se encapricha y apropia de Elvira. Esta le seduce engañosamente para darle luego muerte como una nueva Judith ante su Holofernes. Töpffer hace referencia explícita a este pasaje bíblico que ha servido de inspiración a multitud de heroínas cuyo honor se ha visto comprometido. 

Judith y Holofernes por Doré, el que fuera discípulo de Töpffer.

 La heroína Red Sonja en otra seducción mortal.

Otro compañero de cautiverio, que viaja junto a M Cryptogame desde su encuentro en el estómago de la ballena, un abate, tiene la desgracia de ser destinado a educar a los hijos de Mustacha. Los dos retoños del argelino no tienen interés alguno en aprender y sí en jugar y enredar. El Abate al que le va,  literalmente, la vida en que sus alumnos progresen, las pasa moradas, valga la expresión. De nuevo Töpffer bromea con la cuestión de la educación, una de, aunque principal, sus múltiples ocupaciones. También vuelve a mostrar el proverbial gamberrismo que suele caracterizar a los niños, tantas veces protagonista en los tebeos y en tantos hogares y escuelas.

Otros dos hermanos trastos Max und Moritz.

M. Cryptogame huirá una vez más. No logrará desembarazarse de Elvira pero sí del cautiverio, en un crescendo de sucesos desparramantes y caóticos, típicos de los relatos de Töpffer, digno de las mejores comedias de enredo.


M. Cryptogame huirá una y definitiva vez más de Elvira.  Se reencontrará con su esposa provenzal, lo que hará que la incorrespondida Elvira, saturada de ira y celos, reviente literalmente, en una viñeta de lo más tebeística.


M. Cryptogame  se encontrará con la sorpresa de que su querida provenzal se ha casado con él en segundas nupcias y aporta al matrimonio ocho hijos, que le hacen un recibimiento tan celebrado como el que le hicieron a M. Crépin sus once hijos en la obra que lleva su nombre, realizada por Töpffer con anterioridad. Puede que el suizo estuviese acordándose de los seis hijos que tuvo, aunque dos fallecieron muy pronto. 

Viñeta de M. Crépin
 
Viñeta de M. Cryptogame

La odisea de M Cryptogame finaliza con una vida que Töpffer califica filosóficamente de “razonablemente feliz”. El Abate encuentra en los hijos de la fecunda provenzal unos nuevos pupilos, aunque con la misma discutible disposición para ser educados. En Argel, en Provenza, en lo tebeos y en casi todo tiempo y lugar la infancia se resiste, por lo general, a ser educada y se abandona al enredo y la trastada.


Töpffer inició M. Cryptogame en 1830 de forma manuscrita, como solía hacer. Pero la versión definitiva y publicada fue para la publicación francesa L´Illustration que utilizaba la técnica litográfica de reproducción. 


Detalles de la versión original e impresa. 

Fue el francés Cham quien hizo el acabado final del dibujo empleando la técnica mencionada. Los textos, por su parte, fueron tipos de imprenta. Esta circunstancia hace de M. Cryptogramme una obra diferente, pues pierde la fluidez del dibujo original del suizo y gana en acabado.

Viñeta de Spiderwoman por Carmine Infantino.

Dibujo original de Töpffer.
 
Viñetas redibujadas por Cham. En la segunda se muestra el torbellino que crean los personajes en una alocada carrera circular, que provoca una poderosa corriente de aire. En muchos tebeos, sobre todo de superhéroes, se han visto situaciones similares. 

 Krazy Kat.

Viñeta de Flash por Carmine Infantino.
Viñeta de Thor. 

Viñeta de Namor, por Gene Colan.
   
Torbellino creado por la Antorcha Humana, viñeta de John Buscema

Otro torbellino extremo creado por Supeman en la película homónima de 1978 dirigida por Richard Donner.

Viñetas de López Espí. © Rafael López Espí.

M. Cryptogame es la obra más dinámica de Töpffer con sus más logradas representaciones de movimiento desbocado que tanto gustaron al escritor alemán Gohete. En las ilustraciones que siguen se puede ver como los personajes se arrojan al mar sucesivamente cual lemmings. Un gag ya utilizado en su anterior obra M. Pensil.

Töpffer utiliza además gags visuales recurrentes en su obra que serán utilizados profusamente con posterioridad. El ejemplo más próximo es el de un joven Gustave Doré cuyos inicios artísticos fueron como seguidor/imitador del suizo.

Viñeta de M. Cryptogame
Viñeta  de Los trabajos de Hércules de Doré

Viñeta de M. Cryptogame

Viñeta  de Los trabajos de Hércules de Doré.

The Katzenjammer Kids.

 Popeye.

Viñeta de Mandrake por Phil Davis y de Thor por Jack Kirby la primera y Joe Sinnott la segunda.

 Viñeta de Sub-Mariner and The Incredible Hulk
 por Marie Severin

 
Viñeta de Hombre-Cosa por Jim Starlin

Viñeta de Los Vengadores, por Carmine Infantino.

 Viñeta de Multiverso. 
 Mortadelo y Filemón.
Viñeta de M. Cryptogame

Max und Moritz de Busch 

 
Viñeta de Mortadelo y Filemón.

Cham, Doré y otros muchos abundarían en las historias de viajes y se comenzaría a satirizar el incipiente turismo de masas, las tropelías de europeos y norteamericanos fuera de sus fronteras.

En 1845 en el Reino Unido, y en 1846, en EE.UU., se publicaron versiones de Mr. Cryptogame, aunque conocidas como The Adventures of Batchelor Butterfly.  Algo así como Las avreturas de Soltero Mariposa. Se conoce que los anglosajones prefirieron una aliteración explícita, tan frecuente en los tebeos, a la sutilidad y erudición de Töpffer  para el título. El que el trabajo de Töpffer fuera conocido en los Estados Unidos da que pensar sobre la posible influencia que tuviera en los dibujantes que desencadenaron el fenómeno de las tiras de prensa años después.

La editorial El Nadir editó Mr, Cryptogame en 2014.


REFERENCIAS Gravett, Paul, 1001 cómics que hay que leer antes de morir, Grijalbo, Barcelona 2012. Guiral, Antoni, Del tebeo al manga: Una historia de los cómics 1, Panini. Varios, Catálogo de la exposición Beatos, Mecachis y Percebes, Biblioteca Nacional de España, 4 de octubre de 2018 a 13 de enero de 2019.Töpffer, Rodolphe, Monsieur Crépin, Monsieur Pencil, El Nadir, 2012. Töpffer, Rodolphe y otros, Pioneros del Cómic, El Nadir, 2014.