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martes, 11 de diciembre de 2018

Harold Foster: DISCAPACIDAD EN PRINCE VALIANT

 
Harold Foster

Prince Valiant, Príncipe Valiente en España, está considerada como una de las obras más relevantes del noveno arte. Originalmente, distribuida por la agencia de prensa King Features Syndicate, se publicó semanalmente en las páginas de los periódicos estadounidenses. Su autor, Harold Foster, trabajó en la serie desde 1937 hasta 1979. Después otros artistas han continuado la obra hasta tiempos recientes.

 

Prince Valiant cuenta las andanzas de Sir Valiente, caballero de la Tabla Redonda del Rey Arturo y heredero del trono del vikingo reino de Thule. Sus aventuras se sitúan en el siglo V después de Cristo, aunque con un planteamiento bastante flexible de la historia y la cronología. En las historias del Príncipe Valiente tienen cabida la épica, el romanticismo, el humor, lo cotidiano, lo doméstico y, en general, todo lo que había influenciado e inquietaba a Harold Foster.

En la entrega de la serie publicada el 18 de abril de 1943, el Príncipe Valiente libera a un perro atrapado en una trampa de caza a costa de amputarle una de sus patas. Poco después encuentra a un muchacho solitario que observa distante y melancólico a otros jovenzuelos que juegan enzarzados en amistosas luchas. Valiente repara en la soledad del muchacho y en su tullida pierna izquierda. Decide regalarle el perro cojo, quedando todos muy contentos.


En la siguiente entrega, del 25 de abril de 1943, el agradecido muchacho le entrega al escudero del Príncipe Valiente unas flechas, que él mismo ha fabricado, como regalo para su señor. De forma un tanto ruda el escudero orienta al muchacho en lo que, a partir de ese momento, será su ilusionante proyecto vital, llegar a ser flechero en la armería del Rey Arturo.


En las entregas que van desde el 2 al 23 de enero de 1944, el Príncipe Valiente sufre un accidente de caza y es recogido por la bella Sigrid (Puede que el guionista Victor Mora se inspirase en este personaje en la creación de la homónima y también vikinga novia del Capitán Trueno, que a su vez está inspirado en el Príncipe Valiente). 

 Sigrid y Valiente y la otra Sigrid y el Capitán Trueno, un español que ligó con una sueca antes del turismo.


Victor Mora Gundar Harl, El Príncipe Valiente y Sigrid.





En la cabaña de la doncella, Valiente descubre una hermosa y elaborada maqueta de un barco vikingo tallada por Gundar Harl, un ex navegante que perdió una mano y un pie en sus viajes, y que está enamorado en secreto de la joven. El artista amputado se lamenta de su mala fortuna que le impide navegar, pero se contenta con vivir amando en la distancia a la bella Sigrid. La presencia de Valiente provoca en Gundar Harl celos y amargura. Creyendo que Sigrid ama a Valiente, arroja los remos de la embarcación en que los tres viajan cuando cruzan un peligroso torrente de montaña, buscando la muerte de su rival, de su amada y la suya propia. Algo del todo innecesario pues Sigrid también ama a Gundar. La intrépida actuación de Valiente impide el desastre. Valiente recrimina a Gundar Harl su actitud autocompasiva y le anima a convertirse en armador de barcos para la flota de su padre, el rey de Thule. Cosa que ocurrirá pasando Gundar Harl a ser un personaje habitual de la serie como prestigioso constructor de barcos, colaborador y amigo del Príncipe Valiente.




En las sociedades tradicionales, en las que las formas de ganarse la vida suelen requerir gran exigencia física, frecuentemente se encauzaba a las personas con algún déficit físico hacia las profesiones artesanales. Puede que Foster tomara este modelo para su recreación de un mundo medieval. Puede también que quisiera seguir una larga tradición literaria de personajes tullidos asociados a labores artesanas, que se remonta al mito greco/romano del dios Hefestos/Vulcano, el dios herrero cojo forjador de armas de dioses y héroes. Pero las fechas en que se publicaron estas tiras, entre 1943 y 1944, inclinan a pensar que estas historias pudieran tener relación con la situación que se vivía en los Estados Unidos en aquel tiempo. Era una de las naciones beligerantes en la II Guerra Mundial y el esfuerzo de guerra requería gran cantidad de mano de obra para las fábricas de armas y de suministros. Con la mayor parte de los hombres útiles para la guerra en los frentes, miles de hombres, que hasta entonces se habían considerado inválidos, ocuparon en la industria los puestos dejados por quienes se habían incorporado al ejército. Fueron llamados “los héroes del frente industrial”. Demostraron fehacientemente su productividad y utilidad social, así como su capacidad para ganarse la vida. Superando así las restricciones sociales que se les suponían y las de su propia discapacidad.

 
Arf sufre congelación. Val y Arf

Años después, en 1951, Foster plantearía una trama parecida a las anteriores. El joven Arf, escudero y aspirante a caballero de la Tabla Redonda, que acompaña al Príncipe Valiente en su intento de cruzar los Alpes, sufre la congelación de sus pies. A consecuencia de ello, ha de amputársele uno de ellos. Ante la incapacidad de cumplir sus aspiraciones, Arf pierde el deseo de vivir y su vida corre peligro. El Príncipe Valiente, descartando la compasión, le dice que un verdadero caballero nunca abandona la lucha; le pone como ejemplos al joven flechero tullido del Rey Arturo (por lo visto el muchacho consiguió su propósito) y al constructor de navíos manco y cojo de su padre, el Rey de Thule. Y, dado que le había enseñado a leer y escribir, le encomienda una nueva función, documentar por escrito las misiones que realizan al servicio del Rey. Se puede apreciar que Foster recordaba a sus personajes de años atrás y que no tenía pudor en repetir argumentos. Pero en este caso profundiza mucho más en el proceso de rehabilitación y adaptación a su nueva vida del joven Arf, en el que se implica significativamente su señor el Príncipe Valiente. Este trata de recuperarle ocupándole en tareas, haciéndole ver que en realidad no tenía las aptitudes para ser un gran guerrero, orientándole hacia las artes musicales y literarias… y, con lo que da en el clavo, propiciando sus relaciones con la bella y joven Adela. Esta joven sensible es mucho más receptiva a la música dulce y a los bellos sonetos que a las hazañas guerreras. Así que Arf, ahora motivado, perseverará en desarrollar sus aptitudes musicales y literarias para las que sí esta verdaderamente dotado. Llega a convertirse en el cronista de las andanzas del Príncipe Valiente y, por supuesto, conquista el amor de Adela.

Este trabajo podría concluir aquí si no fuera porque en 1968 Foster plantearía de nuevo una trama parecida: Valiente encarga al orgulloso y autosuficiente  capitán de barco Helge Hakkon que conduzca a su familia y sequito desde la isla mediterránea  que regenta su esposa Aleta, hasta su reino nórdico de Thule. El capitán vikingo considera un honor semejante tarea pero le perturba la numerosa presencia femenina que supone la compaña de Valiente. En especial la de la doncella de Aleta, la altiva Katwin, con la que sufre varios desencuentros. 

 
Helge Hakkon y Katwin

Tales desavenencias esconden en realidad una admiración mutua. Así, cuando al desembarcar en un puerto de dudosa seguridad son atacados y Katwin secuestrada, es Helgue Hakkon quien acude a su rescate. Cosa que logra tras combate singular en el que resulta herido de gravedad en un brazo. Katwin se desvelará en cuidar al herido que rechaza tales cuidados pues considera que un hombre que se precie ha valerse por sí mismo. El rechazo será aún mayor cuando, a instancias de Katwin, se le amputa la extremidad para salvar su vida.

 



Helge Hakkon se llena entonces de amargura y pierde las ganas de vivir, pues sólo concibe plena la vida marinera a la que se ve abocado a renunciar. La abnegación de la enamorada Katwin y las reprimendas de Aleta lograrán sacar al marino de su estado de postración. Poco a poco irá aceptando su situación y sentirse de nuevo capaz y útil.

 
Helge Akkon y Katwin “mano a mano”.

El colofón de la recuperación se da cuando le presentan a Gundar Harl. El doble amputado ya presentado. El apreciado armador de barcos del Rey de Thule. La dignidad y solvencia con que Gundar Harl desempeña su labor y sobrelleva sus limitaciones impresionan a Helge Hakkon, que deja atrás su autocompasión y retoma su vida marinera en la amorosa compañía de Katwin
 
Una grúa para salvar la barrera que supone para los amputados subir a un barco.

Varios años separan la historia de los amputados Helge Hakkon y Arf de las historias del joven flechero tullido y del doblemente amputado constructor de barcos y navegante Gundar Harl. Pero las cuatro siguen la misma dinámica: Los personajes viven con frustración su discapacidad hasta que encuentran una forma de ser productivos y sentirse útiles, un proyecto o aspiración y la amistad o el amor. En realidad tres cosas que cualquiera, se tenga una discapacidad más o menos manifiesta o no, necesitaría para sentirse bien. Alguien dijo algo así como: Tres cosas hay que tener para ser feliz: Algo que hacer, algo que esperar y alguien a quien amar.

 

Foster trataría nuevamente la discapacidad en una trama que duró varias semanas en 1940: El Príncipe Valiente llega a un paraje cuyos habitantes viven aterrorizados por un gigante al que han de pagar tributo. Cómo no, Valiente se implica en el asunto y descubre que el malvado gigante no es sino un buenazo afectado de gigantismo (acromegalia) que cansado del desprecio y rechazo de los demás se aprovecha de su tamaño y amedrentador aspecto para intimidar a sus vecinos y vivir a su costa. Utiliza ganancias y esclavos capturados para crear un refugio secreto,  en el que acoge a todo tipo de marginados  que han sido, al igual que él, rechazados por sus deformidades y minusvalías. 


Planteamientos parecidos se han utilizado en otros tebeos como Los 4 Fantásticos, en unos episodios en los que el resentido y deforme Hombre Topo acoge en su reino subterráneo a otros parias, o La Patrulla-X en cuyas páginas aparecen Los Morlocks, mutantes no precisamente agraciados, que viven al margen de la sociedad en las infraestructuras subterráneas de Nueva York.


Por descontado que Valiente lo arreglará todo convenciendo al gigante de que obtendrá la colaboración de sus vecinos e involuntarios trabajadores ofreciéndoles trato y salario justos. Lo cual da resultado. A fin de cuentas es un tebeo.


Foster adapta en esta trama las leyendas de caballeros luchando contra gigantes. En este caso un gigante que cuando no tiene que espantar caballeros pasea por su jardín secreto rodeado de perritos juguetones y cervatillos que le adoran. Una imagen que evoca en cierto modo el cuento El gigante egoísta de Oscar Wilde.


 Se diría que John Buscema se inspiró en el gigante de Foster al dibujar al contrincante de Conan que se ve en la viñeta.
 
BIBLIOGRAFÍA
*Foster, Hal, Príncipe Valiente,  Planeta de Agostini. Barcelona, 2011. * Gaytan, Carlos, Diccionario Mitológico, Diana, México, 1974. *Casado, Demetrio, Afrontar la discapacidad, el envejecimiento y la dependencia, CCS, Madrid, 2011. * Casado de Otaola, Demetrio, Discapacidad en Prince Valiant, en Polibea 106, Polibea, Madrid, 2013.       















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