Las
primeras tiras de prensa XXV
Harold Foster.
La
mayoría de los autores de tiras de prensa
muestran una evolución en su estilo, apreciable en unos inicios
vacilantes hasta una consolidación definitiva. En el caso de Harold Foster se
podría decir que mantuvo el mismo estilo en su obra de principio a fin. Sí que
hay cierta diferencia entre su primera
tira Tarzán y su segunda y
definitiva obra, Prince Valiant, y en las primeras planchas de ésta.
Pero Harold Foster demostró que
era un artista formado y fueron muchos
los dibujantes a los que influenció, por su realismo, detallismo y minuciosidad.
▪ Prince Valiant (13 de febrero de 1937): El primer intento de Harold Foster por sacar esta serie a la luz fue en 1934. Por aquel entonces se dedicaba a realizar la serie de prensa Tarzán, basada en el inmortal personaje de Edgard Rice Burroughs, para United Features Syndicate. Foster deseaba crear un personaje propio y tener pleno control sobre su obra. Interesado en la cultura vikinga, propuso a United la creación de una serie protagonizada por un príncipe vikingo. Aunque la propuesta fue rechazada, Foster aprovechó la documentación recopilada para su proyecto en las páginas de Tarzán. En unas memorables planchas en las que el Rey de los monos se encuentra con los descendientes de una expedición vikinga que quedó aislada en algún lugar perdido de África.
Aparte de la negativa de sus
editores, Foster sintió que no había
recabado la suficiente formación y documentación sobre los vikingos como para
llevar a cabo su proyecto. De hecho rompió los bocetos que había realizado. Por
lo que decidió esperar unos años, documentándose a fondo en el Field Museum de
Chicago y leyendo todo lo que podía acerca de novelas de caballería, la Edad
Media y mitos y leyendas inglesas.
Se
dice que el ilustrador y dibujante de tiras de prensa Frank Godwin, influenció
a Hal Foster. Concretamente con sus ilustraciones para El Rey
Arturo. La formación previa de Foster como ilustrador hace que, al igual que Godwin, aúne ilustración y tebeo. En sus viñetas se aprecia el gusto ilustrativo de Leyendecker y de los Prerrafaelistas.
Ilustración de Godwin.
Viñeta de Príncipe Valiente.
La Edad Media fascinó a Foster, quien intuyó que una serie medievalista-neomedievalista fascinaría
igualmente a sus lectores, como viene ocurriendo desde el Romanticismo. De
hecho hay algunos elementos románticos en la serie (ruinas, parajes
escabrosos…).
Una vez que sintío que estaba preparado para mostrar el realismo y credibilidad que pretendía, presentó su propuesta. Esta vez a la competencia, al King Features Syndicate, propiedad de William Randolph Hearst, que estaba deseando hacerse con sus servicios y llevaban tiempo tentándole (como hacían con todos los dibujantes que destacaban). Debían de seguir lamentando su decisión de no haber aceptado, años atrás, la petición de Foster de publicar su Tarzán. De modo que en 1937 comenzó a publicarse Prince Valiant in the Days of King Arthur, que pasó a conocerse como Prince Valiant a secas, Príncipe Valiente en España. Los títulos barajados por Foster eran: Derek, hijo de Thane (siendo Tanhe un título nobiliario menor, señor feudal, en Gran Bretaña) o Prince Arn, como a la postre se llamaría el primogénito del Príncipe Valiente y algún que otro personaje de la saga. No fueron del gusto de Joe Connelly, director general de King Feature Syndicate, quien impuso el título definitivo pese a la reticencia inicial de Foster.
La serie siempre tuvo formato dominical,
es decir a toda página y en color. Únicamente vio reducido su espacio cuando
fue acompañada por la tira complementaria The Medieval Castle, entre el 23 de
marzo de 1943 y el 25 de noviembre de 1945. Se trataba de una serie con la misma ambientación que Prince Valiant, contextualizada en
el siglo XI, pero con un carácter más didáctico, que mostraba la vida en un castillo medieval. Sin duda Foster quiso dar salida a los ingentes
conocimientos que había adquirido sobre el medievo, documentándose para Prince
Valiant. Pero es que además durante la Segunda Guerra Mundial los periódicos
recibieron la orden de ahorra papel, reduciendo el espacio dedicado a las
series de prensa. De ahí que los editores prefirieran publicar una segunda tira
en lugar de anuncios o una tira de otro autor. Así Foster inserta esta tira al estilo de autores literarios clásicos
que insertan narraciones dentro de la narración principal. El autor hace gala en ambas tiras de su gran conocimiento de
los castillos medievales: arquitectura, organización, técnicas de asedio, de
defensa…
En esta sub-tira se retoman
cuestiones ya tratadas en la principal. El proceso de los jóvenes, seguramente
normandos, Guy y Arn (Foster sentía predilección por este nombre) para convertirse en
caballeros; la caza; la pesca; la vida familiar; la presencia femenina en la
vida medieval, las Cruzadas… Los personajes principales y tramas son en gran
medida similares a los de Prince Valiant (Arn es un Valiente
en rubio y Guy es como el futuro hijo de Valiente en moreno), si
acaso más realistas en Medieval Castle, serie en la que se
muestran cuestiones económicas, políticas y sociales como el vasallaje. Es
posible que Foster utilizase ideas
en Medieval
Castle originariamente concebidas para Prince Valiant.
En ambas series Foster parece recoger la corriente
historicista del siglo XX encarnada por la Escuela
historiográfica de los annales, que estudia la iteración del hombre con su
entorno físico y social.
The Medieval Castle fue
recopilada en 1957 por Hastings House.
* * *
Foster
no
deseaba que su personaje fuera un héroe invencible de fantasía en la línea de Buck
Rogers o Flash Gordon. Buscaba realismo.
© K. F. C.
Buck Rogers.
De modo que Foster concibió Prince Valiant como una
novela-río. De manera que los personajes envejecen, se casan, tienen hijos; que
a su vez envejecen, se casan… Así, aunque la saga tenga sub tramas que van concluyendo, la serie debe
considerarse en su conjunto. Es frecuente incluso que personajes secundarios de
estas sub tramas reaparezcan y den cuenta de qué ha sido de ellos, como
personajes por los que pasa el tiempo y no como si estuvieran tal cual estaban
en la última viñeta en que fueron vistos.
Valiente ante Arturo y Ginebra.
Como buen vikingo, caballero andante desfacedor de entuertos y personaje
de tebeo, Valiente parte desterrado de su usurpado nórdico reino de Thule (como muchos investigadores Foster sitúa este lugar envuelto en
la leyenda en Escandinavia) y recorre de cabo a rabo el mundo medieval de mediados del siglo V conocido
y aun el desconocido. Con tanto viaje no es raro
encontrar referencias en la serie a la cartografía.
El autor reproducirá con fidelidad ciudades y parajes significativos de cuatro continentes (París, Ruan,
Roma, Venecia, Ravena, Bizancio, Jerusalén, Jaffa, el Mar Muerto, Constantinopla, Atenas, Damasco, Kiev, Lyon, Padua, San Marino,
Tánger, el fiordo de Trondheim, el Vesubio,
el huerto de Getsemaní, el río Eúfrates, las Columnas de Hércules, las Islas Canarias, Stonehenge…).
Val
llegando
a las Islas Canarias y Stonehenge.
Foster sitúa a su personaje en este contexto, manejando la cronología y la Historia a su antojo, sin rigor, pero al servicio de la aventura y el drama. Algo que también se da en un personaje de tebeo que viene a ser una versión española del Príncipe Valiente, el Capitán Trueno, creado por Victor Mora y Ambrós en 1956.
El Capitán Trueno y Victor Mora.
También se puede considerar al Guerrero del Antifaz como heredero del Príncipe Valiente.
La relajación de Foster en cuanto al rigor histórico no es aplicable al vestuario, paisaje, herramientas, armas, barcos, estancias, arquitectura (castillos, palacios, ciudades, monasterios…) que es muy fidedigna… pero
también desfasada pues se corresponde sobre todo con una ambientación de la
Francia normanda de los siglos XI y XII.
Abadía de Saint Michel.
Viñeta de
Príncipe Valiente.
Viñeta de una adaptación de
Robin Hood por
Vicente Torregrosa Manrique, diríase inspirada en la anterior.
También da saltos en la
historia, a la hora de reflejar distintos lugares del mundo, eligiendo lo más simbólico, por ejemplo el ambiente greco romano decadente en la Europa y África mediterráneas (en esta última se vislumbra el nacimiento de la cultura islámica), remontando en Constantinopla frente a la ruralidad, feudos y urbes del norte de Europa como transición de lo anterior. Urbes que trascienden al castillo, como empezó a darse en el Renacimiento.
Decadencia de Roma.
Prince Valiant es una
auténtica enciclopedia visual de la Edad Media. Aunque la fidelidad en la
reproducción no se corresponda de nuevo con la cronología. Así pueden convivir
en la misma viñeta atavíos a los que separan siglos de diferencia. Eso sí,
medievales todos.
Otros elementos del Medioevo
que Foster recoge con maestría son
justas, juglares, banquetes, asedios, duelos, batallas campales, el amor cortés…
Todo ello además imbricado con la leyenda artúrica y los Caballeros
de la Tabla Redonda de los que el Príncipe Valiente será miembro
destacado. Foster se adelanta así varias décadas a Steimbeck en la
revisión del mito artúrico.
El mito artúrico fue recogido por Mallory
en Le Morte Darthur (1470) a partir de las leyendas y tradiciones bretonas, de Historia Regum Britannie del
monje Geofrey de Monmouth, del Roman
de Brut escrito por Wace en
1155, la adaptación posterior Brut de 1189 de Layamon, Chrétien de Troyes,
Marie de France, Robert de Boron, La
Vulgata Artúrica… Tennyson retomaría el ciclo
artúrico en el siglo XIX con Idylls of the King, así como los
pintores prerrafaelistas, Wagner en
sus óperas y Mark Twain con su
divertida Aventuras de un yankee en la Corte del Rey Arturo. Además Foster fue
el primero en tratar la leyenda artúrica en un tebeo, lo que cautivó a sus
lectores, que en su gran mayoría conocían al buen Rey Arturo y a sus
caballeros de La Tabla Redonda. Podían además identificarse con los afanes de
Valiente
por convertirse en uno de ellos. Es este uno de los elementos
argumentales principales del principio de la saga, equiparándose así a la
historia de Perceval y otros
pretendientes a caballero.
Basílica de Santa Sofía, Estambul.
Camelot.
La grandiosidad que muestra Foster al recrear Camelot (al que da un toque
bizantino) y otros escenarios medievales siguen la tradición de los
grabados del siglo XVIII realizados por un precursor de los tebeos, William Hogarth.
Val conoce a Lanzarote.
Merlín, Arturo y Ginebra vistos por
Harold Foster.
Los mismos personajes vistos por Irv
Novick en una historia de Silent Knight, personaje creado en
1955.
Merlín en una de las versiones que de él hizo Marvel, en este caso por Joe
Sinnot.
Morgana Le Fay.Morgana Le Fay versión Marvel. Tristán, Gwain, Flavio Aecio y Val.
Val y sus amigos presencian el asesinato de Valentiniano III.
Val y Genserico.
Así, conviven en la serie
personajes de difícil acreditación histórica como Arturo, Ginebra,
Gawain, Lanzarote,
Tristán,
Mordred,
Morgana,
Merlín…
Junto a otros rigurosamente históricos como los caudillos bárbaros Horsa y Genserico, o los romanos
general Flavio Aecio y el emperador Valentiniano III. Morgana y Mordred
cumplen el rol de villanos, aunque sólo contextualmente, pues lo
artúrico es también contextual en esta saga en la que no hay maniqueísmo. Los
antagonistas de Valiente surgen por la coyuntura violenta del medievo o por las
flaquezas y bajas pasiones que caracterizan al ser humano. Esta humanidad con
la que Foster caracteriza a sus
personajes hace que pueda haber respeto, admiración e incluso perdón hacia el
enemigo.
Es al principio de la saga,
correspondiente a la niñez y primera juventud del Príncipe, que están más
presentes los elementos legendarios y fantásticos. Así, se enfrentará a una
suerte de dragones que parecen, más bien, ser milagrosos supervivientes de la
era de los dinosaurios. Recordando, quizá, a las tiras que Foster realizó en Tarzán en la aventura de El
Cementerio de los Elefantes.
Valiente en su infancia.
A pesar de estas licencias
fantásticas, en esta primera juventud de Valiente, exiliado en los pantanos
britanos, Foster se recrea en
mostrarle aprendiendo a pescar y navegar en canoa, tal y como pasó el propio
autor sus primeros años.
Tal es la identificación con
la propia infancia que el autor incurre de nuevo en anacronismos al mostrar los
aparejos y técnicas de pesca.
Valiente, su
padre y seguidores llegan a Britania desterrados, no como invasores o
colonizadores. Pero este destierro es un reflejo del flujo migratorio histórico
que se produjo a principios de la Edad Media desde las tierras vikingas hacia
Gran Bretaña.
Ya crecido viajará a África
donde encontrará no pocas fieras salvajes, evocadoras quizá de la otra serie
por la que Harold Foster ha pasado a
la historia de los tebeos: Tarzán. En cualquier caso Foster es un soberbio dibujante de fauna
animal. Su formación con el pintor inglés Alexander
J. Musgrove sin duda contribuyó a ello. La reacción de Val y sus acompañantes europeos ante la exuberante
fauna africana es la del hombre medieval en el que conviven realidad y mito.
Viajará también a Tierra Santa, no
como cruzado, aunque en la serie se hace referencia a Las Cruzadas, sino como
peregrino. El cristianismo ha de estar presente en el contexto medieval.
En
Tierra Santa.
Realiza la ruta de los griegos o
camino varego, recreando las incursiones vikingas que llegaron hasta
Constantinopla y Rusia.
Valiente recorrerá también la Ruta de
la Seda. Son momentos orientalistas en
la saga.
En su vagabundeo constante El
Príncipe Valiente, llega incluso a Norteamérica, como realmente hicieron
los vikingos antes que Colón. Así Foster retoma un tema, ya introducido
en Tarzán, que
es el contacto del héroe con diferentes grupos humanos y el encuentro con culturas desconocidas. Val vivirá situaciones
parecidas en Europa, Asía y África. Se enfrentará a sajones (las invasiones a la Gran Bretaña de este pueblo se trata en la serie con cierta
autenticidad histórica), bárbaros, pictos (dada la poca información que hay sobre este pueblo, Foster les da un tratamiento que
recuerda a las guerras de frontera contra los indios americanos, algo que ya
hiciera Robert E. Howard en sus
novelas de Conan),
vikingos(los que más presencia tiene en la serie y los tratados con mayor
profundidad) , hunos, tuaregs, rifeños… Así Foster
hace de Valiente un trasunto de Alejandro,
de Julio César, de Marco Polo...
Por cierto que en el encuentro
de Val
con los hunos, donde se muestra la caída de Roma, la devastación de
Europa… hay quien ha querido ver una metáfora de la acción de la Alemania nazi
en el viejo continente. Las planchas correspondientes a esta trama coinciden en
el tiempo con tas funestos acontecimientos.
La
invasión de los bárbaros, de Ulpiano
Checa, 1887. Los hunos son mostrados por Foster con su particular fidelidad documental pero hace especial hincapié en dotarles de rostros embrutecidos, la faz brutal e insana de la guerra. Los hunos no serán los único bárbaros asolando Roma que mostrará Foster. Los vándalos y otros pueblos germánico también harán presencia en la serie para acabar definitivamente con el imperio romano occidental.
Karnak y el Gran
Khan.
Val hace
la guerra a los hunos con tanto éxito que el Gran Khan encarga a Karnak,
subordinado de confiaza, traerle la cabeza del Príncipe Valiente. Recibe
en su lugar la cabeza del cruel Karnak. Esta trama recuerda al
relato La sombra del Buitre,
escrito con anterioridad por Robert
E. Howard, creador del celebérrimo Conan.
Viñetas de la adaptación a
tebeo de La sombre del Buitre.
Las aventuras de Valiente
y su familia en Norteamérica dan pie al autor a recrear de nuevo la
propia infancia y juventud, pues se crio en esas mismas latitudes canadienses.
Concretamente en Halifax, navegando
por su peligrosa costa (el mar está muy presente en la saga, dada la vocación
marinera de Foster) y disfrutando de los recursos de sus bosques, cazando, pescando... Vivencias
en grandes espacios abiertos: trabajando como trampero, guía turístico a
caballo (es muy destacable el profundo conocimiento que Foster demuestra
de los equinos: razas, movimiento, cuidado, equipación…) y en canoa, buscador de
oro…
Foster en sus tiempos de explorador y buscador
de oro.
Esta integración del hombre en la naturaleza, a la que Foster considera
que es mejor no enfrentarse sino adaptarse, ya se trató en Tarzán y
en general en toda la saga del Príncipe Valiente, pero es en las
páginas ambientadas en América del Norte donde el trabajo de Foster adquiere
su mayor dimensión pictórica y poética. Describiendo el transcurso de la vida,
de las estaciones, de la pesca, caza, siembra y recolección; el paisaje (Foster ya
demostró en Tarzán su cualificación como paisajista) y la
naturaleza en su salvaje, serena y armónica belleza.
Cuando Val conoce
a la bella Aleta, Foster mostrará una accidentada historia
de amor con reminiscencias de La Odisea y La
Iliada. Foster une a un príncipe vikingo con una reina mediterránea.
Esta fusión Norte/Sur es una idea recurrente en el autor. Tras
el matrimonio de Valiente con la reina Aleta (inspirada
en Helen, la propia esposa de Foster) y la formación de una familia (el
éxito de la serie fue tal que el nacimiento del primer hijo del Príncipe fue
anunciado en las páginas de natalicios de los periódicos norteamericanos, se organizó una
celebración y algunas madres preocupadas escribieron quejándose del mal ejemplo
de Val emborrachándose
festejando su paternidad) el
autor se interesa por describir aspectos de la vida familiar, de la vida
doméstica, de la vida cotidiana, del entorno… El
hijo de Valiente y Aleta, Arn, fue el
primer vástago nacido en una serie de prensa de aventuras. Foster hizo
que su alumbramiento tuviese lugar en Canadá (durante el primer periplo
americano de Val) como él mismo.
La serie da cabida ahora al
costumbrismo, el drama, la comedia el romanticismo… Dejando así en otro plano
el carácter eminentemente aventurero, de cantar de gesta, que tiene la saga en
sus inicios. De este modo Foster pretende dirigir su obra a un lector
adulto. Foster dijo en su momento: “Todo lo que veo va a parar a Príncipe
Valiente, todo lo que puedes encontrar en él forma parte de lo que he
leído” (Lord Dunsany, James Branch Cabell, fueron autores del gusto de Foster) . Y habría que añadir vivido. Entre otras referencias, las escenas
domésticas de la vida conyugal y familiar de Valiente y Aleta
son un reflejo de las del matrimonio Foster. Resulta chocante, a
veces, que en el siglo V la vida de pareja sea tan parecida a la de un
matrimonio de clase media norteamericano del siglo XX. Fue este un elemento más
de éxito de la serie pues permitía la identificación de los lectores con los
personajes (al final siempre la familia). En cualquier caso, ya se ha comentado
la ligereza de Foster para con los anacronismos. Y, en general, esta
cuestión en particular, es casi una costumbre en la literatura y cinematografía
anglosajonas. Algo en lo que, por desgracia, van cayendo también las españolas.
Dejando estas cuestiones aparte, el personaje de Aleta es tratado
de forma innovadora. Lejos del habitual personaje femenino pasivo y frágil, compañera del héroe, Aleta es independiente, audaz, inteligente…
a la vez que comprensiva, seductora…
Parece
evidente que Foster vivió muy enamorado de su señora y deja constancia
de ello en la saga del Príncipe Valiente, así como de su forma de
entender la mentalidad femenina y su influencia en la sociedad.
Algunos consideran este aspecto de la serie algo ñoño y cursi. Tal es la riqueza de la tira que da hasta para eso. Así mismo, a pesar de algún devaneo de juventud, el hecho de que Foster vinculase matrimonialmente a su personaje tempranamente, supone otra diferenciación con otros personajes aventureros que o van de flor en flor, o tiene una eterna novia con la que no se casan nunca o tardan décadas de coyunturas editoriales en hacerlo.
Valiente y Aleta.
En lo que se refiere al primer amor de Val hay que mencionar a Ilene, el nombre de esta desgraciada doncella puede ser no casual dada su semejanza con el de la Sra. Foster. Val tuvo como rival en amores con la desafortunada Ilene al joven caballero Arn, que posiblemente encarne al personaje inicialmente pensado por Foster como protagonista de su saga.
Val y
Arn luchan por el amor de Illene.
Se dice desgraciada y desafortuanda pues Ilene muere pese a los esfuerzos de Val y Arn por rescatarla de sus captores. Esta muerte causó gran impacto, por lo insólito de la situación en las series de prensa de entonces. Foster se adelantó así a otras muertes impactantes en los tebeos como la de Rhaven Shermann de Terry y los Piratas o la de Gwen Stacy en Spiderman. En cualquier caso involucrar sentimentalmente a Val tan pronto hubiese limitado su recorrido aventurero.
llene.
Valiente y Aleta engendrarían una familia numerosa. A Arn le siguen las gemelas Karen y Valeta (nombre que integra al de sus progenitores) y los varones Galán y Nathan. Arn y su esposa Maeve darán una nieta, Ingrid, a Val. Un héroe abuelo es poco común en un tebeo de aventuras. Pero ya se ha apuntado que Foster quiso trascender dicho género.
La
identificación de Foster con su personaje es muy acusada. El apelativo
familiar del Príncipe Valiente es Val, casi
idéntico a Hal, el nombre informal del autor Harold R. Foster. Que
en cierta ocasión declaró: “El Príncipe Valiente se convirtió en
algo más que un personaje, alguien a quien conocía personalmente; sabía todo lo
que podía hacer. Se queda detrás de mí cuando escribo y cuando hago algo que no
es propio de su personaje, aunque no puedo verlo, sé que niega con la cabeza”.
Ya se ha dicho que Foster trató de darle cierta credibilidad a su
personaje. Por ello proyecta a través del mismo sus aficiones e ideales de
vida. Es un ser virtuoso y triunfante las más de las veces, pero también sufre
los reveses de la inexperiencia y del fracaso. Recurriendo de nuevo a las
palabras del autor: “Es muy duro manejar a un héroe como el Príncipe
Valiente, porque, para ser un héroe, tienes que ser muy presuntuoso. Un
héroe tiene que ser bueno y honesto y tener todas esas cualidades que no
resultan nada simpáticas. Yo quería crear un héroe creíble, uno que fuera bueno
en esencia pero no un blandengue. He dejado que derroten al Príncipe
Valiente. Ha cometido errores en muchas ocasiones y se ha metido en
problemas; es el tipo de héroe con el que la gente puede identificarse”. Así Val
disfruta de su juventud, pero también sufre la pérdida de su madre a
una edad muy temprana. Vence, pierde, se equivoca… la vida misma.
Autorretrato de Foster con su personaje.
Como
se decía, Foster se proyecta en su personaje. El autor tiene una
herencia mixta inglesa, irlandesa y prusiana. Val es de padre
noruego, madre romana y britano de adopción , el autor parece querer
aglutinar en su personaje los caracteres nórdico, anglosajón y latino.
Foster en el regazo de su abuela.
Val se queda huérfano
de madre.
Foster provenía de una familia acomodada, venida a menos paulatinamente, lo que obligó a la familia a instalarse en Norteamérica. Siendo muy joven Foster perdió a su padre. Val nace príncipe en el noruego reino de Thule, pero la usurpación violenta del mismo le hace huir a Britania siendo muy niño y pronto quedaría huérfano de madre (la horfandad es frecuente en los personajes de tebeo pues el desarraigo favorece el vagabundeo y las aventuras).
Val se
hace valer siendo un escudero novato ante las burlas de los escuderos
resabiados.
Foster se crio aprendiendo a cazar y pescar. Siendo muy joven, al mudarse, el autor se inició en el boxeo para defenderse de bravucones que la tomaban con él. Llegó a dominar esta disciplina y a adquirir gran seguridad en sí mismo.
Una
juventud pareja a la de Val, criado en los pantanos
y bosques britanos, en los que sabe desenvolverse y obtener caza y pesca. Y
sabe también hacerse valer con los puños si es necesario.
Val como
el propio Foster es un experto navegante.
Seguramente
las amistades del autor se proyectan también en los camaradas de Val.
En cierta ocasión Foster y un amigo cruzaron los Estados Unidos en
bicicleta. Un viaje de 1.600 km por inciertos caminos. Tal cual dos caballeros andantes
corriendo mundo. El
frívolo Sir Gwain, habitual compañero de aventuras de Val,
se inspira en el amigo del autor Eric Bergman. A
pesar del realismo con que Foster trata a sus personajes, Val es
un paradigma de virtudes, quizá por ello Gawain ofrece un
contrapunto necesario (algo así como el Capitán Haddock para Tintín),
siendo un personaje más mundano, a veces incluso cómico.
Viñeta de The Katzenjammer Kids.
Sir Gawain en apurada situación.
En
resumidas cuentas Príncipe Valiente es un compendio de lo vivido,
aprendido y observado por el autor, quien es capaz de plasmarlo con
credibilidad y belleza en las páginas que dibuja.
Val es un soberbio guerrero, pero el éxito de sus empresas se debe sobre todo a su ingenio, habilidad y capacidad estratégica. Foster da importancia a la capacidad intelectual de su héroe, algo que hizo también con Tarzán. De hecho, Val se interesa por la ciencia. Lo que le hace un adelantado a su tiempo medieval, mostrándose escéptico ante las supersticiones y la magia. No pocas veces se servirá de la mentalidad supersticiosa de sus enemigos para atemorizarlos mediante trucos y aplicaciones prácticas de sus conocimientos científicos. No obstante, como ya se ha apuntado, el elemento mágico y legendario tiene una sutil presencia en la saga. No se puede obviar la parte del título de esta serie que se refiere al Rey Arturo. Así se tratará en la saga la búsqueda del Grial, pero con la sutilidad antes mencionada. También está presente la mitología vikinga, crepuscularmente ante la llegada del Cristianismo.
Viñeta de Príncipe Valiente ilustrativa de la fe vikinga.
Viñeta de Jack Kirby, torpemente entintada por Vince Colleta, para Relatos de Asgard que podría haberse inspirado en la anterior.
Así Val es un caballero devoto cristiano de la Tabla Redonda pero, a la vez, tiene una actitud renacentista, el razonamiento del Siglo de las Luces y el apasionamiento de un romántico. Una síntesis de lo más representativo de épocas pasadas. Quizá Foster se permita las mismas licencias en la construcción del personaje que con la contextualización histórica.
A pesar de ser el príncipe heredero del trono de Thule, por derecho de nacimiento, Val tendrá que abrirse camino por sí mismo desde niño. Pues siendo el muy pequeño, su padre debe huir al destierro perseguido por el usurpador. Esta circunstancia permite a Foster proyectar en su personaje el espíritu, tan norteamericano, del hombre hecho a sí mismo. Val no sólo recuperará el trono de su padre, sino que también conseguirá grandes logros por méritos propios.
Al igual que en su tira
anterior, Tarzan, Foster utiliza un lenguaje narrativo
propio, sin bocadillos o globos de texto, sino textos al pie de la viñeta. Que están siempre redactados en presente, nunca en pasado como en Tarzán,
acentuando así la implicación del lector en la vivencia de la viñeta. Foster
daba mucha importancia al texto, pero no quería que interfiriese en la
visión de la viñeta. Que dibuja más bien como ilustraciones que captan momentos
concretos de una secuencia, no secuencias propiamente dichas. Con el avance de la serie Foster trascendió de la habitual y monótona
composición de página en cuadriculas para componer grandes y espectaculares
viñetas al servicio de la narración que han pasado a la historia de los tebeos.
Hay que
señalar que Foster inició su carrera
artística como ilustrador. En un principio despreció a las tiras de prensa que
se vio abocado a dibujar por necesidad. El éxito de su Tarzán le reconcilió con
las tiras de prensa. Y el hecho de poder
realizar una tira de forma tan personal como Prince Valiant ha dado
lugar a una obra única que aúna ilustración preciosista, minuciosa, detallada y
poética con la narrativa gráfica. El color juega también un papel importante, pues Foster lo utiliza de manera exquisita aportando narración y simbolismo en las viñetas. Tampoco son casuales los colores con que elige vestir a sus personajes, así como los símbolos heráldicos de caballeros, nobles y reyes, todo ello cargado de especial significación. Demuestra así, una vez más, el profundo conocimiento adquirido por el autor sobre la Edad Media y su afán didáctico.
Todo ello hace que la obra de Foster suponga una aportación singular
a este medio con un despliegue de viñetas panorámicas dibujadas en perfecto
estilo naturalista académico que ha influenciado a muchos dibujantes.
Camelot en una viñeta de Prince Valiant y viñeta de Arthur Suydam
En
las primeras entregas de la saga, Val y
su amigo de infancia se ven acorralados por una suerte de dragón. Situación
parecida a la mostrada en la historia Clavos
Rojos, dibujada por Barry
Windsor Smith y protagonizada por Conan.
Si bien esta historieta se basa en un relato del creador literario de Conan, el malogrado Robert E.
Howard, que escribió la historia un año antes de la aparición de Príncipe Valiente.
Príncipe Valiente y Clavos
Rojos
En
1951 la editorial DC inició una colección de tebeos, The Brave and the Bold,
protagonizada, entre otros, por The
Viking Prince, esto es un príncipe vikingo, no del Real Madrid,
sino escandinavo como el propio Príncipe
Valiente.
Otro
de los protagonistas de la revista era
The Silent Knight, un
caballero de la Tabla Redonda,
cuya armadura bien podría haberse inspirado en alguna de las muchas mostradas
por los caballeros dibujados por Foster, por ejemplo en la del Príncipe Arn, el rival en amores de Val
en sus años mozos.
Además
la empuñadura de la espada de Silent
Knight es dibujada a veces como una copia de la Espada Cantarina. La espada encantada hermana de Excalibur que blande el Príncipe Valiente. Foster recoge una larga y antigua tradición histórica y literaria
al asociar al héroe con una espada singular cargada de simbolismos.
La Espada
Cantarina.
En 1955 la editorial Atlas, que luego sería Marvel,
publicó Black Knight, ambientada
en la corte Rey Arturo, con
claras influencias de Prince Valiant,
pues aparecen personajes y tramas comunes.
El dibujante de esta viñeta de las hazañas del
bíblico Josué se diría que es
un admirador de Foster.
Jack Kirby, conocido como El
Rey de los Cómics, homenajeó en los 70 al Príncipe
Valiente al crear su personaje El
Demonio Etrigan, inspirándose
en el disfraz que utiliza Val,
en cierta ocasión, para aterrorizar a sus enemigos.
Jack Kirby
Viñeta de Kirby recreando la vida
vikinga. Las espadas que empuña la pareja nórdica recuerdan a las dibujadas por
Foster.
Homenajes
aparte parece claro que Foster fue admirado por Kirby y demás colegas de profesión y estos se vieron
influenciados por su trabajo.
Viñetas de Capitán América por Jack Kirby con
personajes muy posiblemente inspirados por Príncipe Valiente.
Viñeta de Principe
Valiente por Harold Foster.
Viñeta de Relatos
de Asgard por Jack Kirby.
En
cierta ocasión el joven Val se
guarece en la Cueva del Tiempo,
donde un anciano decrépito le desafía. Confiado en su vigor juvenil el incauto
príncipe sufre un envejecimiento acelerado al tratar de domeñar a su antagonista.
El proceso de la juventud a la vejez a
ritmo vertiginoso ha sido recreado varias veces en los tebeos, desde principios
del siglo XX en la serie de Little
Nemo, y han pasado por esta angustiosa experiencia héroes como Thor, Conan, Capitán Marvel…
Little Nemo
Conan.
Capitán Marvel.
Como
ya se ha dicho Foster y su obra Príncipe
Valiente ha dejado una impronta manifiesta en los tebeos:
Aparte
de Jack Kirby otros dibujantes que han trabajado para la editorial Marvel
han denotado la ascendencia que Foster ha tenido sobre ellos. Como
por ejemplo John Buscema y Barry Smith.
Barry Smith.
Viñeta de Príncipe Valiente y viñeta de Conan por Gil Kane.
Viñetas de Príncipe Valiente y Conan el Bárbaro por Barry Smith.
Viñetas de Príncipe
Valiente y Conan el Bárbaro por
Barry Smith.
Viñeta de Príncipe Valiente y viñeta de Conan por John Buscema
Cabecera de Príncipe
Valiente
Viñetas de Conan el bárbaro de John Buscema.
Viñetas de Príncipe
Valiente, Conan el bárbaro de
John Buscema y debajo del español Luis García.
Viñeta de Príncipe
Valiente que tiene algo de los grabados negros de Goya.
Viñetas de Capitán
América por Kirby y Simon.
“Conan maldijo y sintió pánico al
contemplar la oscuridad que había alrededor del semicírculo de luz. Los miedos
supersticiosos propios de los bárbaros que albergaba en el alma no habían sido
erradicados por la lógica de la civilización. Su primitiva imaginación llenaba
la oscuridad subterránea de figuras siniestras.” (La Ciudadela Escarlata, Robert E.
Howard).
Viñeta de Conan
por John Buscema. “El fulgor de la joya iluminaba los
negros túneles como una lámpara encantada, goteando fuego dorado. En una
ocasión, a Conan le pareció vislumbrar un destello de piel marfileña entre las
sombras, y creyó ver a la vampiresa que era Akivasha apartándose de la luz de
la joya. Y, con ella, otras formas menos humanas buscaron refugio reptando o
arrastrando los pies.” (La hora del
dragón, Robert E. Howard). Viñetas de Príncipe Valiente y de Conan por John Buscema. “Pero el Tigresa siguió navegando despreocupado como el viento errante,
hasta que ancló frente a las costas del sur, en la desembocadura de un
caudaloso y turbulento río cuyas orillas eran murallas selváticas llenas de
misterio”. (La Reina de la Costa Negra,
Robert E. Howard).
Viñeta de Príncipe Valiente.
Viñeta de Conan el bárbaro de Marvel
Comics
de una historieta guionizada por Roy Thomas y dibujada por de John Buscema, con la que ambos quisieron homenajear a Foster.
Hay
otro homenaje a Príncipe Valiente en
otra serie de Marvel, El Planeta de los Simios. En esta se
da también una lucha contra un reptil gigante, una iguana es este caso, y el
equivalente simio al caballero de la Tabla
Redonda Sir Gawain es
caracterizado en una viñeta con el atuendo característico del Sir Gawain de Foster.
Viñeta de Vampirella por Pepe González.
Val luciendo el blasón del semental rojo de su linaje.
Viñeta de Vortex
de Vince, que parece hacer referencia a Príncipe Valiente con el emblema que aparece en la nave,
prácticamente idéntico al blasón de Val:
El semental rojo.
Otra referencia a Príncipe Valiente en una viñeta de The Deadly hands of Kung-Fu, por Doug Moench y Mike
Vosburg.
En
cierta ocasión Val se tropieza
con una singular pareja que aporta uno de los momentos cómicos con que Foster
adereza la serie. Se trata de un par de caballeros en disputa que amalgaman
características de Don Quijote y
Sancho Panza y de El Gordo y El Flaco.
Caricatura de El Gordo y El Flaco y viñetas del Príncipe Valiente.
En
otro momento de la saga Val da
con Julián, descendiente del
último defensor romano del muro de Adriano, también llamado Julián. Como todos sus descendientes
venideros varones a partir de él. No sólo toman su nombre sino también su
armadura de legionario romano y su misión de vigilar el muro. Provocando el
miedo y la superstición entre los acechantes pobladores del otro lado del muro
(caledonios) que llegan a creer que el vigilante es siempre el mismo y es
inmortal. Algo que recuerda al personaje The
Phantom, El Hombre Enmascarado
en España, pues tienen un planteamiento similar.
El Hombre Enmascarado y Julián
En
otra ocasión Aleta decide
seguir a su esposo disfrazada de caballero. Foster da un tratamiento humorístico
a la situación pero existe una rica tradición literaria que
habla de doncellas que se hacen pasar por caballeros. En
España en el teatro del Siglo de Oro
y también el
tema de la mujer soldado está presente en toda la baladística occidental
europea, e incluso sirvió de embrión a muchos cuentos tradicionales.
Aleta haciéndose pasar por caballero y Hugh
el Zorro
Poco
después de esta aventura Val se
topa con un proscrito del bosque llamado Hugh
el Zorro. Este personaje es un remedo de Robin Hood, incluso se hace acompañar de su particular Little John, que se la ve con Valiente.
También
hay una posible referencia al Quijote cuando
se cruzan en el camino de Val dos
caballeros de triste figura. Uno por lo flaco y otro por lo grueso.
Características propias también de muchas parejas cómicas, que es lo que son a
la postre estos dos patéticos caballeros.
Se
muestran, en definitiva, en Príncipe
Valiente multitud de situaciones que se han visto, se ven y se verán en
las narraciones de aventuras.
Buz Sawyer.
¿Cuál es la copa envenenada?
Lucha con remolinos en Príncipe Valiente,Tintín y El Incal.
Foster
insinúa una escena de antisemitismo. Actitud
corriente en la Edad Media y aún hoy en día. Val toma aquí una postura que recuerda a la de Ivahoe, protagonista de la novela
homónima de Sir Walter Scott.
Un viejo truco: simular la viruela pintando puntitos
en el rostro de alguien que se preste al engaño.
Los recurrentes rápidos de los
ríos de montaña.
Una oportuna cornisa.
Con 78 años cumplidos y
aquejado de artritis Foster se vio
en la necesidad de buscar un sucesor que continuase la saga del Príncipe
Valiente. Entre los candidatos estuvo Wally Wood, pero, por desgracia, no fue el elegido, sino John Cullen Murphy, creador de la
popular tira Big Ben Bolt. Su trabajo en la serie comenzó el 1 de noviembre
de 1970, todavía con intervencíon de Foster.
Al cabo de un tiempo dicha intervención se redujo a guionizar y preabocetar la
serie. Tras algo más de 30 años, la participación de Foster desapareció de la serie definitivamente, en 1980, dos años
antes de su muerte el 25 de julio de 1982. El hijo de Murphy, también llamado Cullen, que ya venía colaborando como
guionista, merced a su formación en historia medieval, fue el nuevo guionista.
La serie sobrevive ahora con guiones de Gary
Gianni y dibujos de Mark Schultz,
pero no ha sido la misma desde aquel aciago día mencionado de noviembre de
1970.
Viñeta
de John Cullen Murphy.
En cualquier caso Prince
Valiant se ha convertido en un clásico por lo que mantiene su vigencia
y se sigue reeditando. Algunos consideran a Foster como el verdadero padre de los tebeos de aventuras.
Robert Wagner encarnando al Príncipe Valiente.
Harold
Foster y Robert Wagner.
Príncipe Valiente tuvo
versión en novela y se han filmado dos películas no demasiado fieles.
Robert Wagner y Janet Leigh.
Janet
Leigh y Harold Foster.
Si bien
la primera de 1954 (dirigida por Hathaway
e interpretada por Robert Wagner, Val,
y Janet Leigh, Aleta) tiene cierta gracia, encanto
y recoge muchos de los personajes, situaciones e imaginería de la saga de Foster, la segunda se podría haber
titulado El Príncipe de Beckelar por lo que respecta a su fidelidad hacia el personaje original.
También se han dado una versión en
dibujos animados y videojuego, aparte de algún que otro producto de merchandising.
En la ciudad de Orense
hay una placa dedicada al Príncipe Valiente.
El Príncipe Valiente fue publicado en España
en 1959 por Dólar. En una curiosa
edición en blanco y negro que, por cuestiones de espacio, remontaba las ilustraciones
muy reducidas y sustituía los textos al pie por diálogos, muchos de cosecha
propia, con globos de texto. Para alguien que haya conocido la obra original
resulta de lo más chocante escuchar al
Príncipe
Valiente.
Edición de Príncipe
Valiente de la editorial madrileña Dólar.
Además la censura hizo de la
suyas y se cambian cuestiones escabrosas como por ejemplo que Gawain
corteje a una dama ocasionando la ira de su padre, que en la versión
original es su esposo.
Viñeta de la versión censurada.
Otras editoriales españolas que publicaron la obra de Foster han sido Buru Lan, B.O., Bruguera, Tebeos SA, Ediciones B, Planeta De Agostini y recientemente Dolmen.
El Príncipe Valiente ha sido
escogido como motivo para anunciar esta tienda de tebeos
REFERENCIAS
· Gaumer, Patrick y
Moliterni, Claude, Diccionario del Cómic, Larousse, Barcelona 1996.
· Varios, Novelas gráficas serie amarilla, Dólar,
Madrid 1959.
· Foster,
Harold, Príncipe Valiente, Ediciones B.O.
· Foster,
Harold, Príncipe Valiente, Bruguera.
· Foster,
Harold, Príncipe Valiente, Ediciones B, Barcelona 1988.
· Foster,
Harold, Príncipe Valiente, Planeta De Agostini, Barcelona 2012.
· Foster,
Harold, Príncipe Valiente, Dolmen, 2017.
· Foster,
Harold, Tarzán, Planeta De Agostini, Barcelona 2007.
· Bernal,
Fernando, Capitán Trueno Un viejo rockero que no piensa en la jubilación,
en Qué, 7 de octubre de 2011.
· Fraile
Gil, José Manuel, Música y tradición oral en el Rincón de la Sierra (Madrid)
Vol. II.Romances tradicionales y canciones narrativas, Lamiñarra, 2020.
· wikipedia.
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