LOS
PRIMEROS TEBEOS EUROPEOS VI
(Los primeros
Tebeos)
Henry Mayo Bateman (1887-1970)
La vocación por el dibujo de este autor británico, nacido en Australia, se manifestó muy tempranamente, en su infancia, estimulada por las tiras cómicas que leía con avidez. Especialmente las aparecidas en Chips, The Fun y las del personaje Ally Sloper. Todas ellas publicadas en el Reino Unido.
La vocación artística del joven Bateman recibió el apoyo de su madre quien consiguió que fuese asesorado por el consagrado ilustrador Phil May. A pesar de su reticencia inicial, Bateman padre accedió a financiar los estudios de su hijo Henry en la Westminster School of Art, en la que ingresó a los 16 años. Después continuaría sus estudios en la New Cross Art Scholl. Además realizó prácticas en el estudio de Charles Van Havenmaet.
Antes
de cumplir los 20 ya había hecho varias exposiciones y publicaba sus dibujos en
varias revistas. Su obra satírica, la que se aproxima más a los tebeos, a la
tira cómica, fue publicada principalmente en las revistas The Sketch y Punch.
Dicha obra tuvo una gran influencia en el célebre caricaturista e historietista
estadounidense Harvey Kurtzman (Little
Annie Fanny). El trabajo de Bateman puede considerarse como una
historia de la sociedad británica de la primera mitad del siglo XX. También
como una especie de autobiografía algo distorsionada para dar salida a la
sátira: Su familia, sus amigos, sus visitas a las ferias, sus salidas a la
playa, al extranjero, sus aficiones (el Music Hall, el claqué, el boxeo, la
pesca, el golf…), su abatimiento tras ser rechazado por el ejército en la I Guerra Mundial, su coche, su casa, su
aspiradora, sus… en resumidas cuentas, experiencias, penas y glorias. Todo ello
tiene cabida en sus ilustraciones, chistes e historietas.
Ilustración de Bateman perteneciente a su celebrada serie The Man who… que recogía satíricamente aspectos del modo de vida británico en los que un individuo comete una torpeza, un error, una trasgresión… que provoca la consternación general. En este caso relacionado con el golf, un deporte muy socorrido en los tebeos para crear gags . A continuación viñetas de The Yellow Kid yThe Katzenjammer Kids con el mismo tema.
El
estilo de Bateman evolucionó a lo
largo de los años. Desde las armónicas líneas de sus primeros trabajos hasta
los esquemáticos y enérgicos trazos de sus tiras cómicas. Tan adecuadas estas
últimas para captar, reflejar las flaquezas, manías, excentricidades… De todo
ello Bateman hizo un soberbio
muestrario, demostrando su profunda capacidad de observación y extraordinaria
habilidad narrativa.
Bateman desarrolló trastornos depresivos desde
su juventud. La tensión sufrida al tener que elegir entre ser pintor o
ilustrador gráfico humorístico, el trauma de no ser aceptado como soldado al
estallar la I Guerra Mundial… le pasaron factura. Esta disposición
de ánimo asociada a su pasión por el Music Hall y la surreal locura que emana
se refleja en sus ilustraciones, con un texto al pie al principio y sin texto
alguno después. En estas viñetas los personajes muestra estados de ánimo,
sentimientos, emociones… en un grado tal que algunos describen esta parte de la
obra de Bateman como la de alguien
que se vuelve loco sobre el papel.
Parece que le sirvió de terapia.
La
contribución a la narrativa gráfica por la que Bateman es más conocido es la serie “The Man Who…”. Refleja
momentos en los que se muestra a un individuo cometiendo algún acto transgresor,
causando la reprobación, la consternación general. Esta serie consagró a Bateman definitivamente, le hizo rico y
famoso. Es una serie todavía demandada y que se ha convertido en parte de la cultura británica. La prensa
anglosajona utiliza habitualmente la expresión “Bateman situation” para
calificar sucesos en los que alguien se ve envuelto en trances equiparables a
los de “The Man Who…”. Gran parte de esta serie se realizó mediada la I Guerra Mundial. Tiempos muy duros por
muchos motivos. Para Bateman fueron
días de gran frustración al no poder contribuir como soldado al esfuerzo de
guerra pues fue rechazado cuando quiso alistarse. De nuevo volcarse en el
trabajo le sirvió de terapia, no sólo a él sino también a sus lectores (muchos de ellos
soldados) con sus divertidas secuencias sobre la vida militar. Tanto fue así
que Bateman fue requerido para
entretener y subir la moral de las tropas con demostraciones de dibujo. La
primera ilustración de esta serie fue The Boy Who Breathed on the Glass at the
British Museum. Algo así como El
muchacho que respiró sobre el cristal en el Museo Británico. A Bateman
le chocó enormemente el celo con el que los vigilantes del célebre museo
cuidaban de objetos inertes mientras miles de personas morían en el frente.
Bateman dejó de dibujar tiras cómicas pocos años después de finalizar la II Guerra Mundial. Llevó una vida retirada en la isla de Malta alejándose de la vigilancia de los inspectores de hacienda ingleses, a quienes dedicó varias de sus historietas, algunas con los característicos globos de texto (bocadillos) de los tebeos. En la isla mediterránea se consagró a su pospuesta carrera como pintor. Su trabajo (pintura, publicidad, ilustración, caricatura, tira cómica, historietas…) es considerado como una obra maestra y como una contribución relevante al arte gráfico. Entre sus muchos admiradores y seguidores se cuentan al historietista Charles Plumb y al cineasta Walt Disney.
REFERENCIAS •
Gravett,
Paul, 1001 cómics que hay que leer antes de morir, Grijalbo, Barcelona
2012 • Wikipedia. • www.hmbateman.com
Muchas gracias por tan interesante aportación sobre la vida de Bateman, y la reflexión a la que nos lleva su obra como reflejo de la sociedad del momento.
ResponderEliminarGracias a tí.
EliminarGracias a tí por tu comentario e interés.
EliminarFantástico dibujante.
ResponderEliminarQue bueno, lo desconocia
Gracias por tu comentario. Un abrazo.
EliminarFantástico dibujante.
ResponderEliminarQue bueno, lo desconocia
Fantástico dibujante.
ResponderEliminarQue bueno, lo desconocia