LAS PRIMERAS NOVELAS GRÁFICAS V.I
(Los primeros Tebeos)
por
Demetrio Casado de Otaola
■ La Ciudad
(1919): Thomas Mann dijo que Masereel
en esta obra “ha reflejado toda nuestra civilización tal como la ve su ojo
penetrante y compasivo. Ha pintado la brutal fantasía de la vida moderna,
grotesca y horrible es su inexorable vulgaridad. Es un volumen repleto de
contradicciones, contradicciones de lo diabólico y de lo maldito. Al volver las
hojas de este «libro de estampas» germano-flamenco puesto al día, uno pasa
revista a los más groseros aspectos del presente. Un presente que ha sido
juzgado y sentenciado por un artista gráfico a tal punto integrado en él que el
impacto de su arte se asemeja enormemente a uno de los productos más
característicos de nuestro tiempo”. Con esta última afirmación Mann está haciendo referencia al cine.
Una comparación que suele hacerse al estudiar las novelas sin palabras de Masereel.
Grabado de La Ciudad.
El autor comienza esta novela gráfica de forma parecida a Viaje apasionado, una obra anterior, con un tren entrando en la estación que vomita a sus pasajeros al llegar, para que se desparramen por una ciudad que pasa a retratar con sus logros y miserias.
Grabado de La Ciudad.
En
la mentada Viaje apasionado, el hilo conductor de la obra son
las vivencias del protagonista (un trasunto del autor). En La Ciudad hay un grabado inicial en el que aparece un
observador, de espaldas, contemplando una industrializada ciudad desde un cerro.
Dicho observador se diría que es Masereel.
Sobrevolando la ciudad, Marc Chagall, 1918.
“No estaba yo de humor para soportar el ambiente caldeado de aquel
hervidero de pasiones, y me lancé a recorrer los barrios del Sur, desde Santa
Isabel a Las Vistillas. Sentía yo en mi ser por aquellos días una como
evolución de mis gustos y costumbres. Me agradaba sobremanera la vagancia, por
calles, travesías y plazuelas, viendo rostros que aun siendo desconocidos me
parecían familiares, recogiendo al paso jirones de diálogos, apóstrofes o
frases picarescas, tropezando con grupos amorosos, secreteantes o con pendencias
y ruidosas broncas.” (La Primera
República, Episodios nacionales,
Benito Pérez Galdós).
También
se ha comparado a La Ciudad con la obra de Edward
Hopper, definido por algunos como el pintor de la soledad. Hay mucha
soledad en La Ciudad, hay mucha soledad en las ciudades del mundo.
Ilustración de La Ciudad.
A pesar del tiempo transcurrido desde la primera publicación de La Ciudad, la ciudad que retrata Masereel no es muy diferente de las de nuestros días. Hay por supuesto especiales referencias a fenómenos característicos del primer cuarto del siglo XX: La industrialización, la mecanización, la clase obrera, la invasión del automóvil… Desde su aparición el coche causo gran impacto en la sociedad y fue motivo recurrente de chistes e historietas.Masereel es un artista comprometido y de nuevo en La Ciudad dedica varios grabados a la clase obrera, que retrata con cierta nobleza y dignidad de rasgos, con cierta épica, podrían recordar a los pintados posteriormente por el artista norteamericano Hart Benton. No se representa así a los poderosos, a los ricos, a las figuras de autoridad, que resultan algo grotescos. Máxime cuando suele hacer contrastar estas figuras con las de los miserables, los desvalidos.
Como
se dijo al principio hay una alternancia entre imágenes de aglomeraciones de
ciudadanos, en las que actúan como masa, y otras más de detalle, en las que se
individualizan los personajes.
Grabado
de La
Ciudad.
En algún personaje de La Ciudad podría reconocerse al protagonista de la citada Viaje apasionado, que no es otro que un alter ego de Frans Maserell.
Grabado
de Viaje
apasionado.
En España se publicó una edición de La Ciudad a cargo de Muchnik Editoresl y otra más reciente de NØrdica .
REFERENCIAS. • Gravett, Paul, 1001 cómics que hay que leer antes de morir, Grijalbo, Barcelona 2012. • Masereel, Frans, Viaje apasionado, Muchnik, 1990. • Masereel, Frans, La Ciudad, Muchnik Iralka, Barcelona, 2009. • Ayuso, Olga, Las vidas que conocemos, La Ciudad, en Cien tebeos imprescindibles, Jot Down Books.
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