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Krazy Kat (1913): Fue y sigue siendo una serie
atípica, surrealista, de gran originalidad y vanguardismo, pero que no alcanzó el éxito en su momento. Aún hoy, a pesar de estar reconocida por críticos y
estudiosos, es una obra de culto. Son pocas las recopilaciones publicadas y
ninguna completa.
Aunque en la adaptación en dibujos animados, que pudo verse en España en los años 70, el sexo de Krazy Kat era el femenino, en la tira original Herriman nunca lo determinó. En inglés la mayoría de los sustantivos y adjetivos no se diferencian por el género (así se evitan algunos conflictos por sexismo en el lenguaje). Tal es el caso de crazy, loco o loca, y de cat, gato o gata. Adjetivo y sustantivo que Herriman transformó como era su costumbre, cambiando las “c” iniciales por una “k”, adelantándose en muchos años a la corriente contracultural tan extendida hoy en día. En cuanto a pronombres y posesivos Herriman alternaba las formas femeninas y masculinas, predominando las últimas. El autor describió en alguna ocasión a su personaje como una especie de duende shakesperiano sin sexo definido. Concretamente a la pregunta de un fan (el entonces joven Frank Capra) sobre el sexo del personaje contestó: “… Pues no lo sé. Durante algún tiempo le di vueltas a esta cuestión; se me ocurrió que Krazy debía ser hembra, e incluso la dibujé embarazada en algunas tiras. Pero ya no era Krazy; se la veía demasiado preocupada en sus propios problemas, como un personaje de serial… ” “… Entonces me di cuenta de que Krazy era una criatura semejante a un espíritu, a un elfo. Como esas criaturas que no tienen sexo. Por ello, Krazy puede ser macho o hembra. Krazy es un espíritu, un duendecillo, puede adoptar cualquier forma…”. Hay quien ha querido ver en esta ambigüedad una velada reivindicación homosexual.
Krazy bebe los vientos por el ratón Ignatz, que corresponde lanzando un ladrillo tras otro a la cabeza del peculiar felino. El trío y el triángulo amoroso de personajes lo completa un perro, agente de policía, llamado Ofissa Pup (Agente Cachorro).
El ser amado o lo deseado suele evocarse en un globo de pensamiento. Viñetas de Krazy Kat por Herriman, de Katzenjamer Kids por Dirks, de Gustavo por Max y de Ka-Zar.
En un mundo al revés (en el que tienen cabida el lirismo y las metáforas políticas, sociales, y sobre los avances técnicos y las artes gráficas y escénicas) el perro ama al gato y éste al ratón, que es el agresor del gato. El agente Pup vigila estrechamente a Ignatz y le encierra, cada vez que aporrea con ladrillos la cabeza de Krazy, en una cárcel frecuentemente presente al final de cada tira. Un final muy común en los tebeos.
Viñeta final de Katzenjammer Kids.
La dinámica de la serie gira en función de las obsesiones de sus personajes, al igual que en el caso de otras obras de Herriman y de la mayoría de las tiras del momento, pero en el caso de Krazy Kat, los personajes son más complejos que sus contemporáneos.
La tira se ha interpretado desde diversos puntos de
vista: Una alegoría del amor no correspondido. Una lucha mítica entre el bien y
el mal. Musicalmente se ha comparado a Krazy Kat con el Jazz. Desde
una óptica político-social se ha identificado a Ignatz con el Anarquismo, al agente Pup con
el Fascismo y a Krazy Kat con el esquivo espíritu democrático; Para otros Krazy
simboliza la democracia como agente estabilizador entre el
individualismo (Ignatz) y la sociedad (Agente Cachorro). Con un enfoque religioso
se ha visto al mundo de Krazy como al Edén previo a la
expulsión. Krazy Kat con su dualismo sexual es tanto Adán como Eva,
Ignatz
es la serpiente y el Agente Cachorro el Arcángel
San Miguel; Con este mismo enfoque se ve a Ignatz como a un pecador
redimido por la gracia, Krazy, pese a la Ley, Agente
Cachorro; el ladrillo se ha considerado a su vez como un simbolismo de
la manzana del Edén. Para algún filósofo el mundo de Krazy es un mundo posthistórico en el que nada nuevo puede
ocurrir sino variaciones de una situación recurrente: ladrillazo, cárcel. También,
puestos a buscarle tres pies al gato, se le ha dado una interpretación
freudiana, siendo el roedor el Ego, el perro el Superego, el felino el Id y el
ladrillazo la consumación sexual. Por último cabe interpretar la ambigüedad de Krazy,
sus travesuras, sus ocurrencias transgresoras e ilógicas como una reacción a una
sociedad encorsetada que separa a
blancos y negros. Herriman sin duda
vivió en conflicto interno su condición de mulato no confeso en un mundo de
blancos. El que la tira fuese publicada en blanco y negro hasta 1935 permitió al
autor realizar algunas alusiones raciales con los personajes. Aunque en
ocasiones trasmutara los colores de Ignatz y Krazy, el primero es de
color blanco y el segundo negro y con connotaciones afroamericanas, como su aire despreocupado, el
banjo de calabaza (tradicionalmente propio de los esclavos de las plantaciones) y las canciones
que interpreta, así como su familiar el Tío Tom Kat, un viejo gato que canta
blues y vive en un campo de algodón (una de las varias referencias que se hacen
a La
cabaña del Tío Tom).
Detalle de La vieja plantación, finales siglo XVIII.
Abundando en la cuestión racial, es de señalar que el 30 de julio de 1866 se produjeron altercados en Nueva Orleans, con motivo del desfile de tropas formadas por soldados negros. Un joven blanco amenazó con lanzarles un ladrillo. Seguramente el suceso quedó grabado en la memoria colectiva de los habitantes de la ciudad de la que la familia Herriman era originaria.
Así,
Krazy
Kat se ha descrito como una parábola del amor, una metáfora de la
democracia, un poema “surrealista”, un retrato de los Estados Unidos, un
autorretrato de George Herriman, un
intento de dibujar la complejidad de la conciencia humana… Para Herriman era tan
sólo “una tira sobre un gato, un ratón y un perro”.
En cualquier caso el surrealismo caracteriza la obra de Herriman y se aprecia en otra de sus series, Barón Bean, pese a ser una tira cómica más convencional.
Tres son los hijos, idénticos a su padre,
del ratón Ignatz. Ignatz es
un ratón casado, aunque eso no le impida tener sus devaneos con la perrita
francesa Fiffi y su
particularísima relación con Krazy.
Milton, Marshal e Irving son los nombres de la progenie del ratón Ignatz. El hecho de que sean
trillizos puede que responda a la intención del autor de reflejar la proverbial
capacidad reproductora de los roedores o puede que sea un caso más en la tradición
de hermanos trillizos en los tebeos, como los sobrinos de Happy Hooligan o los sobrinos del Pato Donald.
Los sobrinos de Happy Hooligan.
Ignatz, como ratón que es, no
es ajeno al queso.
La acción se sitúa al principio en
un entorno rural poco definido que termina concretándose en el condado
de Coconino (esta vez sin cambiar “ces” por “Kas”). Topónimo que se corresponde
con el condado homónimo del estado de Arizona (aunque los paisajes de la tira no se corresponden en absoluto con la localidad real) . Cononino es también la localización donde se desarrollaba la acción de una tira anterior de Herriman, Gooseberry
Sprigg, the Duck Duke. No es el único lugar que se
corresponde con localizaciones reales del estado de Arizona utilizadas en la tira. El autor las incluía como guiño a sus amigos de aquellas tierras.
Herriman en el Gran Cañón.
Herriman compartía con su colega Swinnerton el gusto por los parajes desérticos de Arizona, Nuevo Méjico, Texas y Méjico. De
hecho, en 1922 tuvieron que ser rescatados por los indios hopi al perderse en
un viaje de exploración por dichos desiertos. De modo que la ambientación de la
tira evoca los paisajes de lugares como Monument Valley (donde se esparcieron las cenizas del autor). La misma ambientación que
se utiliza en los populares dibujos animados de Willie E. Coyote
y Road Runner (El Coyote y El Correcaminos).
Hay quien dice que la elección de este entorno se debe a la pureza del desierto frente a la falsedad de la civilización.
Por
Coconino,
aparte de Krazy, Ignatz y Pup, pueden
verse además al industrial perro Kollin Kelly, al Abejorro
vagabundo, a Don Coyote y el cerdo Sancho Pansy (en
1990 la productora de dibujos animados Hanna - Barbera tuvo una
idea parecida con la serie Don Coyote y Sacho Panda) ,
a Joe Cigüeña (cuya visita todos los habitantes de Coconino temen
porque significa una nueva boca que alimentar) , al Avestruz
Walter, a los patos Pato de Pekín y la chismosa Señora
Cuac Ua, entre otros muchos funny animals. Algunos vistos en
tiras anteriores del autor como el pato Duck Duke o el
gato Loko (en la tira del 23 de diciembre de 1928
éste aparece como progenitor de Krazy).
Krazy Kat tiene además numerosos primos, que son versiones híbrídas de sí mismo y otra especie animal: Katfish, Katbird… Pero sobre todo aparecen gatos, patos y perros. En especial terrier escoceses. Herriman tuvo dos de estos animales y llegó a tener 13 gatos y cinco perros en su casa. Como puede comprobarse abundan los nombres aliterados con repetición de iniciales. En este aspecto Herriman no se distinguió de las otras tiras del momento.
Krazy Kat tiene además numerosos primos, que son versiones híbrídas de sí mismo y otra especie animal: Katfish, Katbird… Pero sobre todo aparecen gatos, patos y perros. En especial terrier escoceses. Herriman tuvo dos de estos animales y llegó a tener 13 gatos y cinco perros en su casa. Como puede comprobarse abundan los nombres aliterados con repetición de iniciales. En este aspecto Herriman no se distinguió de las otras tiras del momento.
Joe Cigüeña. Dirks, el creador de Katzenjammer
Kids, tuvo una interpretación parecida a Herriman de la cigüeña
Avestruz Walter y señora.
El Abejorro Vagabundo.
Duck Duke en Krazy Kat.
Herriman con uno de sus gatos.
A propósito de los animales híbridos mencionados,
que en realidad no son híbridos sino que tienen nombres compuestos porque evocan
a otra especie del reino animal. Herriman
era muy dado a hacer bromas jugando con la supuesta doble condición de
estos. No lo hacía sólo con animales, también con plantas.
Dedicó a esta cuestión varias historietas de Krazy
Kat y también del Barón Bean, otra de sus
series, en la que se hizo referencia a Krazy Kat en varias ocasiones y en
diferentes formas. Por ejemplo haciendo aparecer personajes de Krazy
Kat en Barón Bean.
Viñetas de Krazy Kat en las que se bromea con
las propiedades de ciertas bebidas a cuenta de sus nombres.
Viñetas del Barón Bean en las que se
hace una broma a cuenta de la ambigüedad
del nombre del caballito de mar.
Los escondites son muy
frecuentes en los tebeos humorísticos. Viñetas de Krazy Kat y The Katzenjammer Kids.
REFERENCIAS
Libros
●Patrick y Moliterni, Claude, Diccionario del Cómic, Larousse,
Barcelona 1996. ●Gravett, Paul, 1001
cómics que hay que leer antes de morir, Grijalbo, Barcelona 2012. ●Guiral,
Antoni, Del tebeo al manga: Una historia
de los cómics 1, Panini. ●Sabaté, Félix, Krazy
cat Herriman, en 101 comics para
recordar, Extras El Boletín, nº 5, Barcelona 1997. ●Gran enciclopedia Larousse,Planeta, Barcelona 1977. ●García, Santiago, Comics sensacionales, Larousse 2015. ●Museo Nacional de arte Reina Sofia, Exposición George Herriman Krazy Kat es Krazy Kat es
Krazy Kat, Madrid, 18 de octubre de 2017-26 de febrero de 2018.
Tebeos
●Herriman, George, Krazy & Ignatz, Planeta DeAgostini, Barcelona 2006. ●Herriman, George, Krazy Kat,
Norma, 2013.
●Herriman, George, Krazy Kat,
Eseuve, Madrid 1990. ●Herriman, George, Krazy Kat, Norma,
Barcelona 1996.
●Herriman,
George, Krazy Kat, Colección
Nostalgia nº 1, Ediciones de la Urraca, Buenos Aires 1992. ●Varios, La Oca, nºs 1al 4, Ipanema, Barcelona
1985. ●Varios, Clásicos del comic nºs
1 al 7, Complot, Barcelona 1988-1989.
Webs
●Wikipedia.
●
https://elpais.com/cultura/2017/10/17actualidad/1508259723_079389.html.
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